martes, 20 de septiembre de 2011

Una Sociedad norteamericana busca el Arca de la Alianza en Santo Toribio


Crispulo Cortes Cortes
Una Sociedad norteamericana busca el Arca de la Alianza en Santo Toribio.
Von Daniken apoya un final lebaniego para el Arca, basado en un incunable.
Del 16 al 31 de agosto instalaron junto al monasterio medidores de radiación. 


Seis norteamericanos, con un sofisticado material técnico que efectuaba complicadas mediciones de diversos tipos de radiación, han estado instalados durante la segunda quincena de agosto en los alrededores del Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Creen que en la cripta del templo, bajo el Altar Mayor, está escondida nada menos que el Arca de la Alianza, buscada hasta por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, y que protagonizó la famosa película de Steven Spielberg. Sobre toneladas de ciencia ficción, hay una realidad innegable: Al final de las Cruzadas, desapareció para siempre, sin que se conozca aún su paradero. Basados en un incunable del Padre Sota, del que hay un ejemplar en la Biblioteca Menéndez Pelayo, varios investigadores sostienen que podría estar encerrada en Liébana.


En el incunable del Padre Sota Los Príncipes de Asturias y Cantabria se relata cómo el Conde de Santa María de Lebeña regresó de Jerusalén junto a Toribio de Liébana —todavía no era santo—, trayendo consigo de la Ciudad Santa importantísimas reliquias que hoy están encerradas en una cripta bajo el Altar Mayor del actual monasterio. Más tarde, según relata el padre Sota, la amistad entre ambos personajes se tornó beligerante por motivo de la custodia de esas reliquias, que acaparó para sí Toribio. En las páginas del incunable se relata con precisión cómo los soldados del conde acabaron venciendo, y cuando abrieron la cripta para sacar las reliquias, “quedaron todos ciegos por una luz brillantísima”. Al margen de milagros, algunos famosos investigadores internacionales han creído encontrar en este relato una pista del paradero del Arca de la Alianza.
Afamados investigadores
Uno de estos afamados investigadores es Eric Von Daniken, autor, entre muchos otros, de los éxitos multimillonarios Regreso al Futuro y Regresos a las estrellas, llevados al cine con la misma fortuna en taquilla. La autoridad de Von Daniken es totalmente cuestionada por el sector escéptico de la ufología, pero al tiempo, sigue siendo invitado a pronunciar conferencias en las más prestigiosas universidades de todo el mundo. De todo ello, nos documenta e informa Críspulo Cortés Cortés, cántabro que desde hace 12 años reside en Torrelavega, pero que antes permaneció otros tantos en Suiza, donde entabló una larga amistad con Von Daniken.


Cortés informó a Von Daniken de este incunable del Padre Sota, y el autor de best-sellers se puso a su vez en contacto con la Asociación de Astronomía Antigua, extendida por muchos países, aunque con núcleo y sede permanente en Estados Unidos. De esta asociación es de donde han venido este verano, por segunda vez, un grupo de investigadores hasta Liébana. Cortés actúa en Cantabria como cicerone, y ha estado a su lado en varias ocasiones durante su reciente estancia en los alrededores de Santo Toribio.


La Asociación de Astronomía Antigua —a la que se ha dicho que pertenece ese otro autor de best-sellers español y también controvertido ufólogo que es Juan José Benítez— ya había enviado hace año y medio a otros investigadores a Liébana, intentado conseguir la colaboración de los responsables del monasterio. “En cuanto les hablaron del libro incunable del Padre Sota, todas las puertas les fueron cerradas de golpe”, asegura Cortés. Esta vez, no pretendieron entablar ningún tipo de negociaciones con los monjes, sino que trajeron un aparatoso equipamiento, que les ocupó seis furgonetas, para realizar mediciones exteriores.
Con grandes poderes
Si debemos creer lo que dice la Biblia, nadie dudará de los poderes eléctricos —llamémoslo así— del Arca de la Alianza, el “transmisor para hablar con Dios” de Moisés, en su huida de Egipto. Las Sagradas Escrituras indican que cuando uno de sus portadores se atrevió a tocarla en medio del desierto, recibió una fuerte sacudida que le mató.


Desde que desapareció en Jerusalén, el Arca de la Alianza es una de las piezas más codiciadas por los arqueólogos, y se ha escrito que la leyenda de sus poderes hizo que hasta los mismos nazis la buscaran en sus momentos de desesperación. De estos temas, trasladados a la ficción, es precisamente de lo que trata En busca del Arca Perdida, la película de éxito multitudinario de Spielberg.


El propio Críspulo Cortés Cortés, de 58 años, ha acompañado a Eric Von Daniken en otra de sus expediciones en busca del Arca Perdida. Concretamente, viajaron a Etiopía, al Convento de Santa María que allí posee la Iglesia Copta, una de las ramas más antiguas del cristianismo, que aún hoy permanece viva en algunos países. En aquella ocasión no tuvieron ningún éxito, pero Cortés adelanta que las primeras impresiones que han tenido los investigadores norteamericanos en Liébana no han podido ser más favorables.


“A mí no me indicaban nada concreto, y como mucho tenía el privilegio de poder verles trabajar. Maniobraban con un equipamiento excesivamente complejo para mis conocimientos, y por tanto las impresiones que pueda dar son necesariamente superficiales. Puedo hablar sólo de cuestiones tangenciales, como que aparentaban ser científicos de altura, que aunque vestían con la elegancia de un diplomático dormían en sus propias furgonetas, perfectamente equipadas para ello. Está claro que de su calidad profesional sólo pueden hablar los datos concretos y no las apariencias, pero esto es lo que puedo contar. Como deferencia a mis atenciones, prometieron enviarme un adelanto de sus resultados. Aún los espero”, explica Cortés Cortés.
Para todos los gustos
En el heterogéneo grupo de personas de renombre que apoya la tesis de que el Arca de la Alianza se esconde en Santo Toribio de Liébana, no podía faltar, cómo no, Jorge María Rivero San José, autor del chauvinista libro Cantabria, Cuna de la humanidad. Por cierto, que Rivero San José sigue defendiendo su tesis, en conferencias por distintos puntos de dentro y fuera de España.


El hecho de que muchas de las reliquias que se guardan en Santo Toribio de Liébana hoy no produzcan más que risas hasta en los más devotos creyentes —llegan a citarse en la relación hasta plumas de ángeles y arcángeles—, es cuestión más que suficiente para que sus actuales guardianes no quieran saber nada del tema. Mejor dejarlo como está, bajo piedra, que desempolvar un pasado plagado de fe ciega, mezclada con montañas de supersticiones, hoy evidentes.


Eso no quiere decir que la verdad no haya que divulgarla tarde o temprano, y se guarde en la cripta el Arca de la Alianza u otras joyas arqueológicas de menor cuantía, habrá que mostrarlas para el estudio de nuevas generaciones. Los monjes podrán avergonzarse o no de alguna parte de su pasado; la obligación de la humanidad es, sea cual sea, conocerlo.
Autor
Jesús Hoyos Arribas
Obra
DIARIO ALERTA (18 de septiembre de 1994)

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