lunes, 19 de septiembre de 2011

Libro "El ARCA JUDIA DE LEBEÑA"

Presentación oficial del Libro "El Arca Judía de Lebeña"
"EL  HOMBRE DE LA ROSA"

Crispulo  Cortés Cortés
Torrelavega, Cantabria Agosto 2011

Este libro se lo dedico a los monjes soldados del Temple, Frailes Soldados que soportaron y sufrieron martirio sin pecado alguno por envidias, celos y por el interés desatado por otorgarse el tesoro de la Orden en beneficio del Felipe el Hermoso de Francia y del Papa de la Iglesia de Roma.

Y  muy especialmente a mis amigos protagonistas de este libro: Luis Gonzalez Arnaiz, Jose Manuel Mier Gomez, Enrique Mier Gomez,Juan Manuel Mier Franco,Blanca Mier, Jose Enrique Mier, Sergio Mier Franco, Diego Gutierrez, Ana Gutierrez.
A todos ellos les doy las gracias por aguantar mis relatos.

El Hombre de la Rosa (Crispulo Cortes)

NOTA: El libro esta a falta de todo tipo de correcciones ortográficas y es por lo que me gustaría  la colaboración de todos ustedes, les dejo mi correo electrónico pulocortes@gmail.com  para que puedan hacer sus aportaciones,les doy las gracias de antemano. 
Un fuerte abrazo.

COMENTARIO DEL AUTOR
El Arca de la Alianza en la Historia.
De acuerdo con antiguas leyendas y especialmente la gran epopeya nacional Etíope el Arca de la Alianza debe hallarse en la ciudad de Axum, pero este dato jamás se pudo asegurar con certeza. Desde su teórico traslado clandestino desde la ciudad de Jerusalén a Etiopía han transcurrido más de tres mil años en los cuales podían haber ocurrido muchas cosas que desconocemos hoy. Pero hechos históricos posteriores nos hacen pensar, que la Iglesia Copta de Santa María de Axum (Santuario de la Iglesia Copta) no albergó jamás el Arca de la Alianza. El 24 de agosto del año 410 después de Cristo, el rey Visigodo Alarico I a continuación de sangrientas batallas toma Roma, la capital del Imperio, saqueándola durante seis días y se apodera de un fabuloso botín en el cual figuran, entre otros valiosos objetos, los preciados tesoros del templo de Jerusalén, que el mismo Tito tras cruentas batallas contra el pueblo Judío había robado en el año 70 de la era cristiana. El Rey Salomón (que le gusta la fastuosidad) había empleado en la construcción del Templo seiscientas toneladas de oro y plata, telas y maderas preciosas. En el Tabernáculo están los objetos del ritual, Arca de la Alianza, propiciatorio, Misorium, altar del incienso, mesa de los panes y de la oferta y el candelabro de los siete brazos, todo fabricado según precisas instrucciones del mismo Jehová y construido de oro macizo para su mayor gloria. Un precioso ornamento religioso que constituía el tesoro del pueblo de Israel y que era a la vez el sagrado bien del templo de Salomón. El metal, el peso y la forma de los elementos del Tabernáculo, no pueden ser alterados al ser inalienables. Por último el Templo contiene el tesoro del producto de los tributos y las ofrendas del pueblo que Israel usa cuando el Estado está en peligro. Después el templo fue saqueado infinidad de veces en la historia, pero siempre por su presteza y la habilidad de sus custodios su preciado tesoro jamás es aprehendido por haberse ocultado siempre en lugares secretos.
Destruido el Templo por Nabucodonosor, fue reedificado por Esdras y luego ampliado y regiamente embellecido, primero por Herodes el Grande y después por Herodes Agripa en los años 20 y 64 de nuestra era.
El templo resplandecía de magnificencia porque había recobrado su esplendor cuando Tito al tomar Jerusalén saqueó el templo y se llevó sus básicos tesoros desde Israel a Roma.
En esa época Flavio Josefo, cómo cronista Romano, comparaba al templo de Jerusalén como al mismo sol naciente que surge brillante en la cresta de la montaña nevada.
Y era cierto, encima de los blancos muros de piedra la cubierta del templo se encontraba erizada de incalculables agujas cubiertas de oro con objeto que las aves no se posaran en la esplendorosa cubierta.
Aun cuando el Emperador Tito no pudo impedir a sus soldados que prendieran fuego al edificio, Tito tuvo la destreza de sacar previamente todas las fastuosas riquezas de su interior.
Sacó hasta el último gramo de oro y plata:
Riquezas cuya abundancia pueden valorarse en cuando reparamos, que al ser puestas en circulación, sólo parte de ellas, el mercado de oro se hundió en Siria.
Sin embargo Tito solamente ha vendido los lingotes y las placas del revestimiento exterior e interior, porque los objetos sagrados los llevó a Roma.
En el arco de triunfo de la ciudad eterna, vemos a los hermosos objetos sagrados judíos, cómo el candelabro de los siete brazos que pesaba un talento, (34 kilos)  que era acarreado por un fornido esclavo.
El tesoro fue depositado en el templo de la blanca paz de Roma y posteriormente depositado en el Palacio Imperial, siendo en ese último lugar, según comenta el historiador Procopio, donde Alarico lo encontró y se apoderó del mismo al conquistar la capital Romana.
Por su hermosura y por su magnificencia el tesoro del Templo de Jerusalén fascina a casi todos los cronistas de la antigüedad.
¿Qué halló Alarico en Roma?
¿Qué se llevaron? 
¿Dónde fue escondido?
Los rastros del asombroso botín son un misterio.
Hasta la toma de Roma por Alarico este fabuloso tesoro se hallaba todavía allí.
Después la tradición permanece muda al respecto y al mismo tiempo hay un silencio significativo, porque si joyas tan famosas y valiosas hubieran sido despojadas al pueblo Visigodo, sea por los Francos o por los Árabes, nos induce a pensar que los cronistas del momento lo hubiesen expuesto con todo detalle.
Los historiadores Fredegario y el historiador árabe El Macín, describen con todo detalle el tesoro Visigodo y nos relatan como ese fastuoso botín fue arrebatado en Toulouse por Clodoveo y posteriormente en la metrópoli Visigoda de Toledo por los Sarracenos.
No se designa entre los objetos sagrados capturados al pueblo Visigodo, ningún objeto que proceda del tesoro del Templo de Jerusalén.
Pero nunca nos ha faltado quien se pregunte si los Visigodos que profesaban el cristianismo lograban desistir de atribuir al tesoro el valor excepcional que tenía para Israel.
Lo ocultaron para que no lo encuentren los Judíos y al mismo tiempo por la gran codicia y la insaciable rapacería de los conquistadores.
En el siglo V cuando los Visigodos después de eternas luchas se hacen los amos del Raece francés y entonces fue cuando el fabuloso tesoro Real y el tesoro del Estado son repartidos en dos fracciones bien diferenciadas.
Por un lado estaban los tributos y joyas personales de los reyes que cubren los gastos públicos y están depositados en Toulouse; por el otro estaba lo que es llamado tesoro antiguo, que está constituido por objetos del pillaje y saqueo atesorado por la nación en sus peregrinajes de conquista, un tesoro sagrado que existe por una cosecha memorial de epopeyas patrimoniales y el garantizador mágico del poder y de la continuidad del Estado, que ni el Rey puede tocar.
Además del Arca, del candelabro y demás objetos sagrados, el tesoro incluía al Missorium, una bandeja de oro macizo de 250 kilos, que Aecío había ofrecido al rey Tarismundo y hay otro objeto mucho más preciado aún, la mesa esmeralda, que era una joya fabulosa cuya tabla de cristal era guarnecida por tres sartas de perlas y sustentada con sesenta pies de oro macizo.
Durante el reinado de Alarico II el tesoro fue depositado en Carcasona.
En el año 507 Clodoveo habiéndose apoderado de la ciudad de Toulouse y del tesoro que en ella se hallaba, puso el sitio a Carcasona la cual fue preservada de ser tomada gracias a la intervención de Teodorico rey de los Godos de Italia.
En el transcurso de la guerra había muerto Alarico II y siendo su hijo Amalarico rey, decide, que por estar la ciudad de Carcasona expuesta a cualquier ataque, alteraba la actual ubicación por suspicacia de perder los tesoros haciéndoles transportar a la ciudad de Ravena.
Más tarde los tesoros se devolvieron  al rey Amalarico cuando este alcanzó la edad de gobernar.
En el Siglo VII los ejércitos francos toman la ciudad de Narbona encontrando muy poco botín, solamente pudieron aprehender entre otras cosas sesenta cálices, quince patenas y veinte collares.
En efecto, los Visigodos se llevaron una parte de su tesoro antiguo cerca de Toledo.
Pero el más preciado de los tesoros de este mundo, el Arca de la Alianza, junto con otras reliquias cristianas seguirá en Ravena bien oculto en un lugar secreto que sólo conoce el Temple y el Santo Padre.
De allí y reinando en la silla de San Pedro Urbano II, viajaran en riguroso secreto a un oculto Valle de los Picos de Europa de la mano de Caballeros del Temple que viajan con el Abad del Monasterio de San Martín por orden del Temple y del Vicario y de Cristo y la esconden en la cripta subterránea edificada en las cercanías de Lebeña en el Valle de Liébana.
Acompañados por una escolta de Caballeros Templarios sale la otra expedición de la ciudad de Toledo con la otra parte de los tesoros divinos que se encontraban escondidos allí y trasladarlo en riguroso secreto hasta la torre del Temple de Roncesvalles donde se reunía al tesoro que llegó desde Ravena, para después recorrer juntos el camino hasta las altas montañas de los Picos de Europa y confinarlo todo dentro de la cripta.
Los monjes excavan una profunda fosa en un claro del bosque y la revisten con un grueso caparazón de piedra caliza en forma de campana y en su interior depositaron varios objetos sagrados, junto con el Arca de la Alianza aislada con sucesivas capas de plomo, para evitar que su mortal radiación salga al exterior.
Todo fue sepultado junto a las otras reliquias especiales para la Iglesia. Los Monjes de San Benito sepultan todas las Sagradas reliquias en la Cripta subterránea para que nadie las pueda hallar. Fue en el año 1306  estando sentado en la silla de San Pedro Clemente V y siendo el gran Maestre del Temple Jacques de Molay el más poderoso ser de la cristiandad.
Don Alonso que es el Conde de Santa María de Lebeña, una pequeña localidad de Liébana y Maestre local. Como era guardián de la Orden y heredero del secreto del Arca ataca por orden de Molay con sus aguerridas huestes al Monasterio de San Martín y se apodera de la cripta.
Cuando sus hombres excavan y perforan la cúpula de piedra, un fuerte resplandor de intensa luz mata con su poder y su fuerza a los hidalgos allí presentes dejando solo a Don Alonso malherido y ciego.
El año 1307 en la escritura depositada actualmente en los archivos del Monasterio de San Martín ahora Santo Toribio, el Conde Don Alonso dona al Abad Martín todas sus posesiones y siervos con la condición de que debía ser admitido monje en desagravió por el sacrílego acto que han realizado. El Arca de la Alianza con Jehová estará siempre bien guardada y bien protegida en los entornos del santuario. Pero no impide, ni puede impedir, que creyentes de otras religiones y otras ramas de Dios no se beneficien y sepan que el preciado objeto de culto del judaísmo esta siempre localizado en Liébana para el bien de la Humanidad. Los gobiernos con poder aspiran a poseer el Arca y por aspiraciones políticas la quieren obtener  y con su extraordinario poderío obtener el mando del planeta. Pero esa preciosa joya es propiedad de Israel que fue el pueblo que la erigió. Según las sagradas escrituras ellos aportaron el oro y la plata junto con otros materiales preciosos para su construcción. Cierto que ella fue creada por estricto mandato de Dios, pero también fue hecha para que Moisés que es el camarlengo terrestre, dialogue a través del Arca directamente con Dios para gestionar en el tabernáculo, cómo la puerta de alianza, las mejores exquisiteces de animales comestibles, que el pueblo Judío tenía para alimentar su Santa Gloria. ¿Qué eternidad tan humana y voluptuosa era Jehová y porque necesita tan buenos alimentos para sobrevivir en la Tierra? Cuantas preguntas deben hacer los hombres cultivados a tan humano Dios; que fue según comenta la Biblia el creador material del hombre.   

Portada del Libro

PROLOGO

Y la gloria de Jehová continuó residiendo sobre el monte Sinaí y la divina nube continuó cubriéndolo por seis días.
Por fin el séptimo día Él llamó a Moisés desde en medio de la nube.
Y a los ojos de los hijos de Israel la vista de la gloria de Jehová era como un fuego devorador en la cima de la montaña.
Entonces entró Moisés en el medio de la nube y siguió subiendo a la montaña.
Y continuó Moisés en la montaña por cuarenta días y cuarenta noches.
Y procedió Jehová a hablar diciéndole a Moisés:
Habla a los hijos de Israel para que recojan una contribución para mí.
De todo hombre cuyo corazón lo inciten ustedes han de recoger la contribución mía.
Y está será la contribución que ha de recoger de ellos:
Oro.
Plata.
Cobre.
El hilo azul.
Y la lana teñida de púrpura rojiza.
Y lino fino.
Y pelo de cabra.
Y pieles de carnero teñidas de rojo.
Y pieles de foca.
Y madera de acacia.
Aceite para que la lámpara alumbrara.
Aceite balsámico para el aceite de las unciones e incienso perfumado.
Y piedras de ónice.
Y piedras de engaste para el efod.
Y el pectoral.
Y ellos tienen que hacerme un santuario por cuan-to yo tengo que residir en medio de ellos.
Conforme a todo lo que te estoy mostrando como modelo del tabernáculo y como modelo de todos los enseres así lo han de hacer ustedes.
Y ellos tienen que hacer un arca de madera de acacia de dos codos y media su longitud y codo y media la anchura y codo y media la altura.
Y tienes que revestirla de oro puro.
Por dentro y por fuera la has de revestir y tienes que hacer sobre ella un borde de oro alrededor.
Y tienes que fundir cuatro anillos de oro y poner-los arriba de sus cuatro pies con dos anillos sobre un lado de ella y dos anillos sobre su otro lado.
Y tienes que hacer varales de madera de acacia y revestirlos de oro.
Y tienes que meter los varales en los anillos que están sobre los dos lados del arca a fin de llevar el arca con ellos.
En los anillos del arca han de quedar los varales.
No se han de quitar de ella.
Y tienes que poner en el arca él testimonió que te doy.
Y tienes que hacer una cubierta de oro de dos codos y medio de longitud y codo y medio de anchura.
Y tienes que hacer dos querubines de oro, de labor a martillo los has de hacer en ambos extremos de la cubierta.
Y haz un querubín en este extremo y un querubín en otro extremo.
Sobre la cubierta han de hacer ustedes los querubines en sus dos extremos.
Y los querubines tienen que estar con sus dos alas extendidas hacia arriba cubriendo protectoras la cubierta con sus alas y con sus rostros contemplándose el uno al otro.
En la cubierta deben estar los rostros de los querubines.
Y tienes que colocar la cubierta arriba sobre el arca y en el arca colocarás él testimonió que te daré.
Y allí me presentaré a ti y hablaré contigo desde encima de la cubierta desde entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio aun todo lo que te mande para los hijos de Israel.
Éxodo 24:6-25:18.
Eso dice textualmente la Biblia para la construcción del Arca de la Alianza.
Entre Moisés y Jehová se entabló una relación fluida y colmada de interés personal, uno como Dios que era y el otro como sacerdote y todopoderoso Rabino.
Un mortal listo que dominaba a su pueblo por el miedo y por el temor a unos sorprendentes prodigios del sobrenatural e ignoto Dios y eso da a Moisés la oportunidad de ser con los ciudadanos del pueblo judío más manipulador que el insólito Dios, que necesita del pueblo Judío cosas terrenales siendo poderoso, como repite insistentemente Moisés.
Los hombres antaño y también hoy se preguntan continuamente porque Jehová se comportó de esa manera con su pueblo. Después de los sufrimientos que padecieron los judíos durante los cuarenta años por el desierto del Sinaí, el Padre Divino les obliga bajo pena de más padecimientos a construir de metales preciosos un extraño Tabernáculo, para consumir comida fresca y sana a través de un complejo entramado de solemnidades que suscita Dios a través del Arca.
¿Era por el interesado egoísmo del ser Divino que a la vez que mitigaba las penurias del que llama su pueblo, el que había sido esclavo y que vivía en la miseria, se aprovechaba de su escasa sabiduría y de su mucha ignorancia?
¿Porque necesita Jehová, que se presume que ha construido el Universo y ha hecho al ser humano junto con los animales y la naturaleza, una teatral parafernalia para impresionar a unos infelices e ignorantes analfabetos, que habían comenzado a sentir la libertad de la opresión del Faraón y se metían en otras servidumbres que a muchos les iba a adelantar la hora de la muerte?
¿Quién es el débil Dios que necesita comer el alimento más preciado de un pastor, sus ovejas, para tener al guía del  rebaño a su lado, a través de la hipocresía de la vuelta a la Tierra, si no le exige a Moisés los tiernos animales que los judíos errantes tenían?
El Señor del Universo está sentado en presencia de su pobre pueblo que rige Moisés en la aridez del desierto del Sinaí, acompañando a su gente dentro de la volátil nube blanca que siempre está presente sobre su pueblo errante y dentro de la etérea nube Jehová se regocijaba conduciendo a la tierra prometida al amado pueblo.  Después les obliga a que le construyan un dispendioso Tabernáculo portátil, para poder recibir a través de una complicada ceremonia las ofrendas de unos alimentos sanos y puros. Con el requerimiento desarrollado de una apasionada y sofisticada adoración con toda especie de pormenores y manifestaciones divinas para su mejor ejecución.
Dio a Moisés instrucciones minuciosas en las cuales a cada elemento le correspondía ocupar su exacto espacio sin posibilidad de equivocación alguna. Esa orden se la da Jehová a Israel con toda clase de detalles para su elaboración por los artesanos judíos.
¿Paraqué función específica estaba hecha el Arca de su Alianza con Israel en el Tabernáculo?
¿Es que tiene Jehová alguna obligada necesidad orgánica de sustentarse con los mejores productos que el pobre pueblo de Israel tenía y para lograr eso combinó el oscurantismo con la magia de su poder, para que así le rentase mejor para su buen placer y bienestar?
¿Es que tiene el Arca de su Alianza un verdadero poder para hablar con Jehová en directo?
¿Por qué los gobiernos del planeta la buscan por toda la superficie conocida e ignota?
¿Es verdad que el Arca de una alianza con Jehová es tan poderosa como para con ella dominar a los habitantes de la Tierra?
¿Alguien sabe donde está escondida?... ¿quién la robo del Templo en Jerusalén?... ¿fue el Emperador Tito?...
En los tiempos que corren, nadie se considera, que lo sabe con exactitud, pero alguna persona especial, sabe donde duerme y se arrulla en el silencio de Hermes.
Entre las secretas sociedades mundiales que colonizan el hermetismo, hay una en especial que sabe su exacta ubicación.
En el presente los guardianes secretos de la llave de la puerta donde el Arca duerme, están siempre expectantes en nuestro organigrama social y pasan por la vida social invariablemente inadvertidos.
Con un silencio sigiloso y una constancia asombrosa, tiene cada cual una parte de la clave, como guardianes del Arca Divina sin saberlo.
Ellos son los únicos poseedores de los extraordinarios secretos de la humanidad.
Ellos viven aislados unos de otros e ignoran la cla-ve total del rompecabezas, porque ellos nunca se conocerán, porque es imposible el contacto entre ellos por las enormes distancias que los separan.
La confusión de lenguas entre los unos y los otros, evita que el secreto se divulgue. Pero el que sabe la clave del conjunto de los guardianes de la llave, si algún día tiene poder y logra acoplar los pedazos de ese mundial rompecabezas, ese inmortal será el delfín del que primitivamente retiró el Arca de la luz y el que sabrá donde actualmente se halla.
Yo creo que el Arca de Dios y del pueblo de Israel está guardada en un lugar recóndito de la Tierra y sé que su manipulación no es permisible. Abrirla ó acariciarla, está fuera de lugar porque con nuestra tecnología actual ese aparato divino todavía no se puede manipular.
Solamente un ser que fuese honrado por su mismo creador podrá un día abrirla para preguntarle sobre el destino del hombre y para que todo mortal se comunique sumisamente y suplique el perdón por su insolente atrevimiento.
Este libro en gran parte se basa en hechos reales y ciertos, tan reales como la propia vida de todos los que participaron en la búsqueda del Arca y en los posteriores acontecimientos.
Que se oculte en este excepcional y antiguamente inhóspito lugar, la historia futura lo dirá.
Por rutina, alguno está implicado con el materialismo de algún gobierno para encontrarla y es aún más latente esta ambición en los momentos actuales, cuando la vida de las personas que están implicadas al presente, en la difícil tarea de descubrirla, está peligrosamente en riesgo.
Al escribir está historia, solamente ambiciono con esta novela dar a conocer a los que la lean mi experiencia personal para dejar una huella escrita de su auténtica existencia. Supongo, que cuando especialistas y algún científico, ponen sus equipos y su tecnología para tratar descubrirla, es que el Arca de Jehová sigue oculta. Las conjeturas y la realidad histórica, son más poderosos que cualquier otra causa. La Iglesia sabe bien que el Arca de la Alianza Judía con Jehová no la pertenece y saben que es propiedad de los que aportaron el oro, la plata y los medios humanos para hacerla.
Pero debo señalar, que el descubrimiento hoy del Arca es para el Vaticano la mayor hecatombe de su historia. Cuando un utensilio humano construido por el hombre se convierte por voluntad de Dios en un objeto divino, parece que la necesidad de Jehová que ordenó hacerla, son tan humanas como las nuestras.
¿Es el Arca la puerta del Paraíso perdido para el hombre; para cuando tengamos el poderoso instrumento de Dios en nuestras manos y retornar los castigados seres humanos a ser inmortales como fuimos antes? ¿Porque la buscan los servicios secretos con tanto ahínco por el planeta para que algún hombre que dirige una Nación sea inmortal?
¿Por qué cuando fue tocada con las manos desnudas el que lo hizo fue electrocutado como lo dice claramente la Biblia?
¿Será que la materia orgánica se utilizaba como fuente energética para el Dios que ordenó construirla?
¿Es el Arca un microondas que cocinaba la carne para que al poderoso Dios se la sirvieran higienizada?
¿Se marchó para siempre el que la mandó construirla, cuando el equipo humano con Tabernáculo incluido se le fue de las manos?
¿Fue este fallo debido a una mala manipulación de los oficiantes Judíos, para que Jehová tenga que abandonarla en la tierra sin control?
Quien tenga ojos que vea y quien tenga oídos que oiga, decía Jesús de Nazaret en parábola a los humildes varones y hembras del pueblo de Israel.
Científicos y gobiernos que son pocos sensibles y que juzgan la vida que con su avanzada tecnología, creen que pueden hacer todo lo que quieran, en esta humana vida, cuando la propia superioridad de su prepotente sabiduría les lleva al declive social por oscurantismo.
Por eso si Jehová de verdad existe, se está riendo entre las galaxias, los soles y planetas, ¡con tan jocosa risa! que los científicos en naciones dominantes se sentirán como gusanos en un estercolero con su pretendida sabiduría total, porque están colmados de excreciones y porquerías sociales.
Aunque así sea esta realidad, la inquietud del hombre siempre le llevará a buscarla y a desearla eternamente. Mientras ella exista ese será su más preciado deseo y cuando el hombre consiga abrirla sin los riesgos que el Arca de la Alianza tiene, este ansiado día, todas las campanas de las catedrales góticas tocaran la más maravillosa melodía que ser humano pueda jamás escuchar.
Entonces la ciencia y políticos sé morderán los labios de rabia y de vergüenza por no haber sabido descifrar los majestuosos libros escritos en piedra.....

El Hombre de la Rosa
Crispulo Cortes Cortes








Portada del Libro "El Arca Judia de Lebeña"

 LIBRO "El ARCA JUDIA DE LEBEÑA"
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
pulocortes@gmail.com 
Cantabria, España
Septiembre 2011



El año 1314 es el de la maldición del Temple y el ataque de los soldados de Felipe el Hermoso a todos los baluartes y castillos templarios de Francia, donde las campanas redoblaban con furia desatada en una obscura noche mientras las devoradoras llamas del terrible y despiadado fuego lamían las viejas paredes de piedra de la alta torre del homenaje.
El viejo castillo templario que se pavoneaba en la alta cima del altiplano de una alta montaña estaba ardiendo con furia por los cuatro costados quemándolo todo con desatado furor y en especial carbonizando todas las estructuras de madera, mientras entre sus patios y altos muros los soldados y caballeros luchaban sin compasión ni cuartel con el enemigo.
Las bolas de brea ardiente lanzada por las potentes catapultas del poderoso enemigo habían prendido en los entramados de madera de la estructura y el terrible fuego que se había desatado no dejaba respiro alguno a los defensores del baluarte.
La confusión y el caos era total y todo ello se unía a la brecha que los enormes proyectiles de piedra habían hecho entre la puerta principal y la muralla exterior de la fortaleza lo que dejaba el paso libre a las hordas asaltantes.
El sacerdote templario encargado de la custodia de los documentos secretos y del cuantioso tesoro del castillo tenía de antemano todo dispuesto para que nadie y menos la odiada Iglesia se aprovechase de las reservas monetarias de la orden.
Un pasadizo secreto que desembocaba lejos de las murallas exteriores se había utilizado para evacuar a los más comprometidos maestres de la orden y a todas las reservas monetarias de la jurisdicción del castillo. Los caballeros y es posible que también los vasallos se sacrificarían en la lucha para poder retardar los más posible la entrada en el castillo a las tropas del Rey francés y del Papa. Cuando al cabo de varias horas finalizó la terrible lucha, muy pocos eran los templarios habían sobrevivido, porque apenas, nada del castillo quedaba en pie. Todo vestigio de la riqueza y prestigio del Temple había sido devorado por el fuego. Nada había quedado de utilidad para la voraz rapiña de los vencedores que se vieron defraudados ante las expectativas de no poder hallar en el octogonal baluarte una parte del inmenso tesoro templario.
El escondrijo más seguro y el lugar más secreto y oculto en la misteriosa zona inhóspita de Cantabria dentro del Valle de Liébana en España fue la zona que escogieron los sabios caballeros secretos que quedaban del Temple para poder ocultar tan ingente cantidad de oro, plata y piedras preciosas. Trabajaron sin descanso para ocultarlo los mejores especialistas y extraordinarios canteros del Temple y fueron ellos los que construyeron en perfecto y total secreto la subterránea que ocultaba al mundo el enorme y rico depósito.
En el oculto Valle de Liébana fue donde se guardó el tesoro templario  para que jamás nadie que fuese ajeno a la Orden pudiese disfrutar de una fortuna que pertenecía por derecho al propio hijo de Dios.
Es patrimonio del Divino Mesías Jesús el Cristo el hijo de Dios hecho hombre que murió crucificado en la cruz romana para así redimir los pecados de la humanidad.
Todos desaparecieron una vez terminada la obra y nadie de la Orden templaría supo en realidad para qué utilidad ella había sido construida. Todos eran extranjeros y hablaban idiomas tan diferentes que nadie se entendía fuera de las labores de su trabajo y cuando por fin terminaron este trabajo se fueron cada cual a sus países de origen sin tener la menor relación con los demás compañeros de la obra.
Con los ojos tapados entraron en el Valle de Cos y con ellos tapados salen sin saber jamás en qué lugar de la Tierra habían estado trabajando.
Eran los más veteranos constructores de catedrales que había en la Europa cristiana y habían trabajado sin saber que lo hacían para la Orden del Temple.
Esa fue la contribución más efectiva que realizó el Maestre Jaques de Moley para conservar intacto el importante tesoro patrimonial que habían heredado para salvaguardar la fe de Cristo.
Algún tiempo después se empezó a notar por toda Francia la llegada de una plaga de brujas, brujos, judíos y leprosos, que infectaban los alimentos y las fuentes con compuestos de sangre, orina y tres hiervas mortales secas convertidas en polvo.
Todos estos elementos se hallaban entremezclados con patas de sapo, cabeza de culebra y cabellos de mujer de color negro machacados en bilis.
El Rey se asusto de tal manera por esos hechos que mando que quemasen a los brujos, judíos y leprosos detenidos.
Felipe el Hermoso murió misteriosamente en una cacería en los bosques de Fontainebleau el mismo año de ser quemado vivo Jaques de Moley.
El Papa muere también misteriosamente el mismo año.
Era el mes de marzo del año 1314.
Se había cumplido la profecía.
El Gran Maestre Jacques de Moley estaba vengado.


EPISODIO I
Año del Señor del 2011.
La tertulia de la redonda mesa se acaloraba dentro de lo habitual que el tema que se planteaba requería.
Enrique Mier un hombre leído, (que ha tenido haciendas además de haber sido ajustador  y bibliotecario) era el moderador y tenía el encargo de frenar todos los despropósitos y el excesivo calor en la exposición de los escabrosos temas que allí se planteaban. Y aun cuando Enrique Mier jamás moderase a nadie, él se sentía radiante, con positiva complacencia, ante la extremada vehemencia con que discutían los temas bosquejados por alguno de los allí presentes.
Diego (que es contramaestre en la fábrica química de una afamada multinacional) tenía el positivo carácter de los hombres callados que por su forma de ser estaba avezado en las cosas frívolas que son relativas en la vida cotidiana, escuchaba sin inmutarse lo más mínimo, la retórica que planteaba en la mesa un hombre más bien bajo de pelo blanquecino y canoso al que llamaban pomposamente “El Hombre de la Rosa” aunque se llamase Cristian y se apellidase Setroc.
Diego, como os decía, asentía con dúctil y cómplice miramiento a los argumentos que el del pelo cano planteaba.
En otra zona destacada de la Mesa Redonda sentaba su sosiego y las posaderas José Enrique Mier con el semblante de bonachón y apacible que demanda quietud, paz y tranquilidad, mientras degustaba con los placeres de un experto una copa del excelente vino blanco que en el centro andaluz se servía. 
El ambiente en el círculo de la Mesa Redonda, se recargaba de misterios y de predicas teologales al sublimizar cada prosa y cada palabra que desgranaba el léxico de los agitados pensamientos de seres humanos que están allí reunidos desbrozando las impurezas de la vida social española. 
Luis González Arnaiz  que no era precisamente un buen moderador y había ejercido toda su vida de panadero profesional en el pueblo de Puente Viesgo, con el fuerte corpachón y humanidad sana, reclamaba al moderador la palabra por la ostentación que él consideraba desproporcionada en los razonamientos de Setroc y motivos no le faltan.
Cuando escuchó los irrespetuosos y ateos esquemas del orador del pelo blanco, que eran contradictorios a su férrea creencia religiosa, se levantó del asiento con la desatada furia del Arcángel flamígero San Gabriel descalificando al ateo y cano engreído que se atrevía a dudar de la existencia de Jehová con vehementes palabras que surgían con enfado de la boca, como sale el rayo en la tormenta:
-¡No se puede ofender despóticamente al Creador que nos ha dado la existencia!
Dijo apasionado y continuó:
-¡Me ofendéis por vuestra ignorancia al negar la existencia de lo Eterno, lo que hace que me enfade mucho y valore como se merece vuestra dañada inteligencia humana!...
Dijo sofocado Luís González Arnaiz, el panadero con la mirada fija en Setroc.
Diego con la mirada fija en el moderador se divierte mucho con el egoísmo exacerbado de Luís y su enfado católico y con su pastosa é irónica cachaza y la experiencia de sus muchos años vividos dice:
-¿No os parece mejor creer en ese poderoso ser que es el Creador de las plantas, los animales, la Tierra y el hombre?
-¡Hablar de mujeres y dejaros de tonterías, cojones!...
Cortó de improviso José Enrique Mier, porque estaba viendo con cierta pena, que la atractiva tertulia de todos los días derivaba de repente hacía el caos y la irracionalidad.
Normalmente, José Enrique Mier, que ejerce en su vida laboral de industrial de mantenimiento y venta de barcos y es Capitán de navío  practica su rutina diaria lo que le deja escaso margen personal de desahogo para tener que malgastar su tiempo de forma tan estúpida en charlas tan inútiles y vanas.
A la una de cada domingo dejaba la tertulia de la Mesa Redonda con verdadera congoja, para retirar el pollo que le estaban preparando en el establecimiento que frecuenta habitualmente y cuando llegaba esta hora era el momento de su despedida de todos sus amigos de tertulia con tristeza, hasta el próximo domingo.
Debido a la premura y al poco tiempo que siempre tenía para juntarse adecuadamente con los amigos, su reclamación de concordia y sosiego eran automáticamente consideradas por los cuatro compañeros y amigos.
Enrique Mier, con la ensayada autoridad que tenía sobre los demás, como moderador de conflictos, decidió que era hora de intervenir y zanjar esa banal discusión divina que tenían enfrentados a Setroc y a Luís, diciendo:
- ¿No os parece mejor que hoy dejemos por un rato a los dioses y nos centremos todos en el enigma que tenemos delante de nuestras narices cómo miembros responsables de la Mesa Redonda?
Después de la aprobación general, ante argumento tan racional, toma la iniciativa Setroc, antiguo maestro industrial, el cual pone sobre una esférica mesa folios escritos y después de observar atentamente a todos, habló despacio diciendo lo que a continuación sigue:
-¡Compañeros!...
-Tenemos escaso margen de tiempo para solucionar entre todos el enigma que nos plantea la estrategia secreta de nuestro tablero esférico.
-Tenemos que poner todos nosotros mucho interés para hallar el verdadero significado esotérico de la historia que os voy a relatar y para que entre todos podamos conseguirlo mi deber cómo templario es describiros ahora mismo con pelos y señales la fantástica fábula de Matania. Cada uno de nosotros escuchará y analizará en el transcurrir de semanas un pasaje de las vivencias misteriosas que le acaecerán al protagonista de esta misteriosa leyenda y tendrá que tratar de definir y analizar el mensaje humano y trascendental de la misteriosa historia que voy a relataros.
-La clave para solucionar el enigma se haya dentro del texto que nuestros amigos y hermanos del Temple nos han mandado para que lo corrijamos. Aun cuando ese no fuese mí propósito (dijo Setroc con retintín) ¿no creéis que esta tertulia de la Mesa Redonda ganara en calidad si analizásemos la magia y los secretos de la vida? 
-¡Tanto secreto me la suda!...
Dijo José Manuel Mier con su flema habitual mientras libaba del excelente caldo andaluz que servía el tabernero del Centro.
-Es mejor que hablemos de putas o maricones porque al menos sacaremos algo en claro.
-¡Dejaros de tantas chorradas y vamos al grano!...
Terminó diciendo José Enrique Mier, mientras con su cachaza y morigeración trasegaba despacio el caldo de su copa.
La mirada cómplice de Enrique Mier,  al cruzarse con una ojeada de Setroc zanjó la cuestión del domingo.
Después de aportar de forma exacta el dinero para pagar al bodeguero todos los frascos del excelente vino blanco que entre todos habían consumido, salieron a respirar con verdadero agrado el aire del esplendido parque donde está ubicado el Centro Andaluz de Torrelavega y la tan pintoresca y extraña tertulia cultural.


EPISODIO II
Una semana después de lo acaecido anteriormente, los mismos personajes se hallaban sentados juntos delante de la clásica copa de vino blanco.
Están presentes los ocho miembros principales de la Orden del Temple con sus consiguientes cargos de responsabilidad:
Gran Maestre del Temple. Cristian Setroc
Maestre español del Temple. José Enrique Mier Franco
Grado 33 Armero general. José Manuel Mier Gómez
Grado 32 Supervisor y mago. Enrique Mier Gómez
Grado 31 Pagador y financiero. Juan Manuel Mier Franco
Grado 30 Jefe de las milicias. Sergio Mier Franco
Grado 29 Agente Secreto. Diego Gutiérrez Sánchez
Grado 28 Proveedor de la Orden. Luís González Arnaiz
Grado 27 Pitonisa y Caballera de la Orden. Ana Gutierrez
Grado 26 Caballera y secretaria. Blanca Mier Franco
Era el primer domingo en cual el Maestre Universal relataba a los miembros juramentados de la Mesa Redonda del Centro Cultural Andaluz de Torrelavega el extraño relato de Matania.
Las palabras surgieron suaves de entre los labios de Setroc y el interés de todos se unió a la clásica curiosidad del ser humano por conocer algo distinto que le facilite el evadirse de la habitual rutina y la monotonía de la vida.
Y así empezó el extraño relato del primer episodio de tan insólita historia:
Matania, al sentir el roce de algo muy suave sobre su hombro se despertó sobresaltado y al no poder ver por hallarse deslumbrado porque le daba el sol de frente, se puso el antebrazo sobre el rostro para tratar de evitar la ceguedad que la fuerza del sol le producía, a la vez que trataba de averiguar que entidad había detenido su delicioso sueño.
 Cuando sus ojos fueron capaces de distinguir las formas del lugar en donde se hallaba, comenzó a entrever la sombra de un ser alargado y chocante que le pareció sobrenatural debido a la luminosidad fantasmagórica que desprendía la luz del sol sobre su cuerpo.
 Sorprendido aún por la sobrecogedora aparición, nuestro hombre, escuchó de pronto una dulce voz de tono melodioso que tenía sosegado acento que le repetía insistente y machaconamente.
-¡Hambre!…
-¡hermano!…
-¡tengo hambre!
Asombrado estaba aún, por tan extraño ser y por tal requerimiento, cuando Matania se levantó muy despacio del lugar en donde él había dormido esa noche y observó muy sorprendido al sujeto que tal demanda le hacía.
Cuando al fin observó de arriba abajo al famélico ser que tenía delante se le ablandó el corazón.
Aunque Matania no estaba sobrado de alimentos, decidió a compartir las insuficientes viandas que tenía con ese desconocido ser.
Sin pensárselo dos veces, muy compadecido, metió mano a su zurrón y sacando el trozo de queso y el pedazo de pan duro que le quedaba se lo ofreció.
-¡Tómalo!
-¿Aunque no creo que tan escaso alimento os quite las muchas ganas que decir tenéis?
La famélica aparición extiendo sus dedos largos y en extremo sucios y cogió las viandas que Matania le daba con tanto desprendimiento y compasión.
El extraño ser haciendo una mueca rara con su rostro que parecía sonreírle, negó con la cabeza  y sin decir palabra alguna partió en dos partes las miserables viandas que Matania le había dado y le devolvió la mitad.
Turbado y sorprendido por tan raro espléndido y desprendido gesto del personaje que tenía delante, Matania se volvió el rostro para poder meter en su zurrón la comida que le había devuelto y al volver la vista de nuevo hacía el personaje, vio admirado que el famélico sujeto había desaparecido.
Sorprendido por esa tan súbita y desacostumbrada huida, buscó al personaje por los alrededores y al no hallar ningún rastro de él, se resignó pensando que ese pobre que era mucho más pobre que él se había esfumado para siempre.
Estaba Matania encogiéndose de hombros ante el asombro de la súbita desaparición del pordiosero, y se inclinaba para coger su zurrón y reemprender el camino, cuando vio que algo metálico brillaba desde la base del petril del pequeño puente sobre el riachuelo que atravesaba la verde y espaciosa campiña. Curioso, Matania se aproximo hasta el puente y se agachó sobre el objeto que brillaba al sol de una manera fuerte y poderosa, y observó, que se trataba de un pequeño cofre que se hallaba profusamente decorado de unas extrañas figuras y de misteriosos signos grabados sobre la superficie del sorprendente cofre. Al observar esa caja más detenidamente nuestro hombre disipó el temor que tenía a tocar algo que sobrepasaba a su intelecto por lo incomprensible que era todo lo que allí le había sucedido. La cogió desde el suelo con sumo cuidado, observando que la hermosa caja tenía cerradura y bisagras, que asemejaban que estaban hechas de oro puro, con primorosa talla y buen acabado.
Una vez perdida la desconfianza por tan extraño suceso, Matania decidido, la abrió, viendo que en su interior había hermosas fichas de un delicado juego de domino excelentemente tallado en marfil, hecho con unas filigranas tan extrañas que no acababa de comprender.
Matania con el precioso cofre en la mano, volvió a buscar al excepcional pordiosero que tal objeto debía haber olvidado y, después de buscarle y no hallarlo, levanto la vista al firmamento y su osada imaginación de inquebrantable peregrino le incitó a recapacitar sobre las buenas posibilidades que ese extraño y valioso cofre tenía para él.
Matania examinando más detenidamente el cofre y su contenido, dedujo que las 32 hermosas fichas de este dominó deberían tener alguna relación con los extraños jeroglíficos que ornamentaban la pequeña caja por todo el exterior de sus delicadas paredes.  
El Gran Maestre al llegar a ese punto interrumpió la lectura y dirigiendo la mirada entre los protagonistas de la Mesa Redonda, notó que todos están sorprendidos por un relato tan irreal que parecía más bien un cuento, y sin más preámbulos Setroc se guardó las cuartillas y le preguntó a José Enrique Mier sentado a su lado que le parece la historia de Matania con el menesteroso desaparecido, el cofre de oro y el juego de dominó.
-¡Conmigo no cuentes para solventar tan retorcidos enigmas!
Le respondió José Enrique con su sorna habitual y añadió:
-¿Aún no entiendo porqué pretendéis complicaros la vida con una chorrada sin sentido?...
-¡Algunas veces creo que nuestro amigo Setroc se masturba en exceso la mente y otros lares del cuerpo serrano que luce!
Finalizó José Enrique sin inmutarse lo más mínimo.
Diego, que esta protegido estratégicamente por las sillas de madera que había a su espalda, viendo que los demás no rechistaban se atrevió a decir con su sabiduría y su mucha experiencia en investigaciones y en casos difíciles de espionaje.
-La necesidad del hombre, si es compartida, tiene la recompensa que merece la acción de colaborar entre seres hambrientos que se reparten su miseria.
Dejó caer Diego, con su sorna habitual, mirando con muy poco interés a los demás.
Los otros compañeros y amigos de la mesa, que se hallaban sorprendidos por tan insólito tema que se había plateado, intuían que el primer relato que habían escuchado con mucha sorpresa y atención, era el que emanaba las claves para poder resolver en el futuro los misterios de esta extraña historia, analizando y recopilando los mínimos detalles de los posteriores relatos, pero sobre todo, ellos tenían que estudiar muy a fondo el futuro proceder del pordiosero  Matania para poder analizar lo que tenían que hacer a partir de ahora.
Luis alzó las dos manos al cielo y exclamó:
-El dominó, creo que todos sabéis, es uno de los juegos más antiguos que se conocen si dejamos a un lado la ajedrez.
-Pienso que ese juego lo inventaron los árabes hace miles de años para organizar de una manera más coherente la cábala numérica y todas las consecuencias que del juego se derivan para resolver el complicado galimatías que nos retrae la ficha del seis doble en la vida de Matania.
Apuntó el veterano panadero mirando a los presentes con placentero interés.
-¿Pedimos otra botella?...
Pregunto Juan Manuel, mientras miraba preocupado el reloj, como queriendo detener el escaso tiempo que le quedaba antes de tener que ir a sus menesteres.
-¿Ya sabéis que yo me marcho a la una en punto a coger el pollo asado del domingo y quedan poco tiempo de estar con vosotros?
El panadero que se hallaba pesaroso porque no podía beber por sus achaques y su gordura, con su flema habitual desmenuzo con ironía:
-¡Estoy por apostar que nuestro amigo Setroc nos está tomando el pelo cuando trata de probar hasta donde alcanza la caballerosidad y la hidalguía en la sociedad actual!
Y añadió:
-Yo pienso con razón que la figura de Matania es un trauma que tiene en su mente retorcida el amigo Setroc, porque el deseo y el razonamiento que nos pide para el análisis de esta historia le liberará de forma clara de la supuesta desventura personal que sobrelleva malamente.
Enrique Mier viendo que la tertulia de ese día derivaba en caos total levanto la sesión.
Todos los contertulios desfilaron hacia la salida de la tasca y se enfrentaron a un esplendido día que se reflejaba en las gratificantes sombras de los altos y viejos árboles del parque Barquín de Torrelavega.


EPISODIO III
El esperado soniquete del teléfono móvil fue la causa que aceleró la tarde en la casa de Setroc.
Era una llamada que nuestro amigo esperaba desde hacía días con verdadera impaciencia y debido a la gran importancia que la llamada tenía se alegró de que se hubiese producido al fin.
Setroc cuando cogió el aparato y lo acercó al oído le temblaba sin control las manos como si se asemejara a un inexperto colegial enamorado.
A través del aparato Setroc escuchó una conocida voz en perfecto francés que le dijo escuetamente y sin paliativos lo siguiente:
-¿El Hombre de la Rosa?...
-¡Si al aparato!...
 -¡Soy Guatire!...
-La cita es en Bruselas a las 11 de la mañana en el mismo lugar de costumbre el día 24 de mayo.
-¡No puede faltar!...
-¡Allí estaré!...
Respondió Setroc y colgó.
Acostumbrado como estaba a salir de improviso en cualquier misión que le encomendasen los responsables de Ancient Astronaut Society, (Sociedad de Antiguos Astronautas) unido a los continuos desplazamientos a algún congreso internacional, Setroc tenía a punto y siempre dispuesta su bolsa de viaje con todo lo necesario para marchar al instante.
Como el día 24 de mayo caía en lunes encarga los billetes en una agencia de viajes para el 23 domingo por la mañana.
El vuelo desde Santander a Madrid se realizó, con el retraso habitual de las redes aéreas nacionales y algunas horas después una compañía aérea Belga le transportó sin más molestias hasta el aeropuerto de Bruselas, al cual llegaba a las siete de la tarde del domingo y como Setroc ya no está obligado a madrugar, el día de la cita tomo una habitación en el hotel del aeropuerto.
No eran aún las nueve de la mañana cuando desayunaba con apetito en el bien surtido buffet de la cafetería del hotel, entreteniéndose con la prensa local hasta que a las diez de la mañana se desplazó en taxi hasta el lugar de la cita convenido.     
La larga espera, que por cada minuto que pasaba se hacía interminable, le incomoda sobremanera por lo riguroso que era con la puntualidad. Es desesperante tener que marchar cuando precisamente de esa cita dependía el proyecto para las indagaciones que los componentes de la Mesa Redonda debían finalizar antes de que suenen las doce campanadas del 24 de diciembre del 2003 en el viejo reloj de la Iglesia de Santa María de Lebeña.
Liébana torna a ser la causa y la prueba definitiva para resolver el enigma de Matania y ellos tenían que conseguirlo costase lo que costase para el bien del Temple y la Humanidad.
Cuando al fin aparece la silueta de la persona que espera, (Setroc cuando el personaje aparece le reconoce enseguida) su tensión se calmó de inmediato al escuchar la esperada contraseña del misterioso amigo:
-¡Sarí!...
Dijo el desconocido.
-¡Iras!...
Respondió Setroc.
Se abrazaron y después de saludarse en un excelente francés, el esotérico interlocutor llamado Guatire con un gesto indico que le siguiese por las enrevesadas callejuelas de los barrios viejos de la ciudad de Bruselas.
Con pasos largos se adentraron en un laberinto de estrechas callejas, hasta que el susodicho Guatire se introdujo de pronto por el oscuro dintel de la mansión que tiene una fachada de piedra laboriosamente labrada de símbolos fantásticos, aun cuando tenía un aspecto deplorable vista desde el exterior.
Una noche Belga cerrada y obscura impregnaba de sombras los infinitos recovecos y la estrechez de las callejas del antiguo barrio español de San Blas. Con unas viejas casas que fueron construidas cuando el Gran Duque de Alba dominó Flandes y se halla próxima al Gar de Midí, estación de ferrocarril llamada del mediodía, que estaba ubicada entre los viejos barrios de la antigua ciudad de Bruselas que fundaron los expedicionarios españoles cuando la lucha contra los ejércitos protestantes estaba en su verdadero auge.
El Señor Pichel Guatire como último representante legitimo de la Orden del Temple, es la persona con el cual nuestro hombre tenía que entrevistarse y Guatire siempre se sentía a gusto cuando tenía entre manos algún secreto esotérico muy metido en el escondido entresijo de su recóndita y retorcida alma.
Poco inquieto ante la fantasmagórica fachada que la casa tenía, Setroc siguió al misterioso Belga sin pensar y cuando traspasaba el portón de oscura madera tallada sintió detrás como la puerta de entrada se cerrada de un sonoro golpe sin conseguir ver a nadie a sus espaldas.
Entre la espesa penumbra, subieron por una larga escalera de caracol, bastante incómoda para subirla deprisa, porque tenía los tramos descompensados, los cual parecía desear al que tenía que remontarla fatiga y desasosiego.
Cuando llegaron al final de la dificultosa escalera y subieron el último peldaño, Setroc sintió un alivio y a la vez asombro por la magnificencia del asiático boato de un enorme salón que ante los ojos tenía.
La pared de la inmensa sala está cubierta en toda su extensión de yelmos, espaldares, armas y broqueles de todas las clases y formas, armoniosamente distribuidos representando una cruz templaría con reiterada asiduidad y primorosa armonía.
Pichel Guatire una vez que estuvieron los dos en el salón, invito amablemente a su amigo y compañero El hombre de la rosa a ocupar asiento delante de la lujosa mesa de despacho que Guatire tenía en el espacioso salón y después con un cierto mohín de justo beneplácito inquirió a su invitado:
¿Tengo entendido, querido caballero, que deseas que te aclare de alguna forma el enigma de las fabulas de Matania?
Setroc algo sorprendido por lo directo que el belga era dijo sin preámbulo alguno: 
-¡Maestre Guatire!...
-Nuestro grupo sabe que fueron los caballeros del Temple, que mandó en el momento el Maestre Don Alonso Conde de Santa María de Lebeña, los que trajeron a Cantabria las sagradas reliquias del Papa y también el Sagrado Arcón de la Alianza con Dios desde la ciudad italiana de Ravena.
-La transportaron a lomos de bestias de carga con inmensas fatigas para esconderlo todo en los inhóspitos montes del Valle de Liébana.
-Sabemos señor Guatire, que las claves para poder hallar ese extraordinario depósito de reliquias de la Iglesia, se podrían descifrar con mucha paciencia en los enrevesados retruécanos de esta historia fantástica de Matania y la pregunta que nosotros desde la ciudad de Torrelavega le hacemos a la Orden del Temple es la siguiente Maestre Guatire: 
-¿Nos podrá ayudar con su extraordinaria sabiduría y experiencia la Orden?...
La cabeza del anciano Gran Maestre se balanceo al escuchar a Setroc y una desconsolada mirada del último caballero templario en activo se fijo con un brillo especial en los ojos de su huésped y después de sus labios brotaron estas palabras:  
-¿Están todos ustedes al corriente de que no existe ninguna posibilidad de poder manejar esa reliquia sagrada porque todavía hoy su contacto es mortal para el hombre?...
Pregunta Guatire con evidente preocupación.
-Los amigos fraternales de la Mesa Redonda de Torrelavega anhelamos resucitar ese antiguo espíritu de conquista que tenía el Temple cuando le dirigía Jacques de Moley, para poder custodiar con nuestra propia existencia si fuese necesario la más sagrada reliquia del Padre de Cristo antes que cualquier secta religiosa o Estado se apodere de ella.
Respondió con una probada pasión de fidelidad El hombre de la rosa, entes de caer de rodillas con sumiso gesto delante del Gran Maestre Belga.
Después de un largo silencio Guatire toca con la mano el botón que tenía oculto debajo de la mesa y como si de una aparición del más allá se tratase aparece de pronto en el salón un indómito guerrero ataviado con el yelmo y los espaldares del clásico caballero templario, y con la veneración y el profundo respeto requerido al Pontífice de la Orden, se postra y entrega en mano el ajado pergamino que traía y desapareció misteriosamente del salón en silencio como había llegado.
Guatire con el pergamino del caballero en la mano se levanto de la lujosa silla y cogió en la otra mano una enorme espada que había sobre una mesa y dirigiéndose hacia Setroc que se había arrodillado con respeto y mientras la hoja de la espada templaría acaricia dos veces los hombros de Setroc el Gran Maestre Belga pronuncia solemne las rituales palabras sagradas de la Orden:
-¡Yo Guatire Gran Maestre del Temple y siervo de Jesús de Nazaret el que es llamado Cristo, tengo el honor de nombrar al caballero templario y Maestre Setroc, Gran Maestre de nuestra Orden del Temple en España!...
-¡El nominado para este cargo es el caballero que se hace llamar El hombre de la rosa!...
-¡Yo te entrego este pergamino sagrado que te servirá de consejero y de refugio para que extiendas la orden por todos los confines de la Tierra y silencie para siempre los secretos de la orden del Temple y de Cristo con su propia vida si fuera necesario!...
Un fuerte abrazo selló para siempre esta inviolable unión de dos seres humanos que tenían iguales objetivos; salvar a los hombres de la corrupción y la falsedad de los falsos profetas que se cubren de blanco y son negros de corazón como la noche.
Cuando El hombre de la rosa recibió los debidos preceptos para solucionar el enigma de Matania, se despidió con suma tristeza de su superior y amigo y emprendió de nuevo el retorno al sendero de su meta en España. Una alianza eterna de dos seres diferentes pero a la vez iguales ha comenzado.
Mientras regresaba a España la imaginación del Maestre español vaga entre las bambalinas de la desesperanza. Nada le hacía entrever a Setroc que ellos solos pudiesen solucionar el enigma de la orden en Torrelavega, ahora tenía la complicada tarea de investigación encomendada por Guatire.
El Arca de Dios se sabía con seguridad que estaba enterrada en el Valle de Liébana por los diferentes escritos hallados en la documentación secreta, que tenía guardada entre sus archivos el Temple, pero hasta ahora nadie se había preocupado de desvelar a través de los indicios hallados el exacto lugar de su enterramiento. Ahora el Gran Maestre Guatire les había ordenado que estudiaran con mucho detenimiento la historia de Matania y trataran de encontrar en el contenido las claves que les ayudaran a desvelar ese misterio. Mientras pensaba y meditaba sobre todas las posibles formas de acertar el lugar en donde se hallaba la diana sagrada de Dios, el avión de la compañía belga Sabena aterrizaba suavemente en la pista del aeropuerto de Madrid Barajas. El viaje de vuelta en el avión hasta Santander se realizo sin problemas y después una visita profesional a la biblioteca Nacional antes de partir a Torrelavega para tratar  de encontrar algún dato que faltaba para realizar la búsqueda final del Arca de la vieja Alianza. Con su pensamiento en Moisés el realizador divino del Tabernáculo, que era el más fiero deseo de Setroc por el momento y él lo había aprovechado con creces. La vuelta hasta Torrelavega en su viejo coche fue para el hombre de la rosa como coser y cantar.


EPISODIO IV
El segundo domingo cuando los cinco misteriosos compañeros de la Mesa Redonda estaban sentados El Hombre de la Rosa torno a sacar los folios de la historia de Matania y pausado y firme siguió la lectura de las fabulas de Matania:
-El día avanzaba inexorablemente y como la noche se acercaba, Matania metió la caja del pordiosero en el zurrón y dejando para más adelante la búsqueda del desconocido personaje empren-dió de nuevo el camino para tratar de hallar un adecuado refugio en donde poder guarecerse del frió de la noche que caía.
En el ocaso de ese mismo día, Matania se hallaba en las proximidades de una fuente de la que manaba agua pura y cristalina. Encendió una hoguera con las abundantes ramas que por doquier había y trató de calentar su cuerpo al amor de las rojizas y amarillentas llamas. Cuando poco a poco entraba en calor su aterido organismo, más notaba el hambre atrasada porque las tripas comenzaron a reverberar en su castigado y sufrido estomago.
 Matania, saco entonces del zurrón las pocas y escasas viandas que el misterioso indigente le había dejado y con hambre y calma comenzó a morder muy despacio el pequeño trozo de queso y pan, tan duro como una piedra, que le había quedado de los avatares con su destino.
Se encontraba Matania sentado cómodamente sobre la fresca y olorosa hierba, en este grato y placentero menester, cuando ante sus pies vio proyectada una alargada sombra.
Alzando con sorpresa la mirada, nuestro hombre vio a un ser extraño y deforme vestido con unos raídos harapos que en colgajos le caían desde los hombros hasta unos pies sucios y descalzos. Tenía un rostro que expresaba ansiedad y desesperación a trabes de la intensa negrura de unos ojos tristes y desvalidos que estaban fijos en la poca comida que Matania tenía en las manos.
Sin pronunciar palabra alguna el depauperado ser extendió una mano señalando al trozo de queso y al tieso pedazo de pan con verdadera insistencia y ansiedad.
Matania sin pensárselo dos veces le entrega de inmediato los dos pequeños trozos de comida, que el estrambótico personajillo devoró apresuradamente y cuanto dio termino a tan escasa comida se puso a vociferar con aspavientos desaforados mientras efectuaba un prodigioso salto de 360 grados y desapareció, dejando que se abatiera sobre la verde hierba, al mismo tiempo, un extraño bulto que en una mano llevaba.
Matania que estaba sorprendido y de alguna forma maravillado por los acontecimientos que le habían sucedido en tan escasos márgenes de tiempo, se resignó ante la evidencia y recogió del suelo lo que le parecía que era un libro manuscrito con el aspecto de ser un viejo ejemplar.
En efecto era un hermoso libro con hojas de cuero repujado artísticamente, que tenía las páginas más primorosamente grabadas que había visto en su vida, con unos signos que le parecieron de origen religioso por la insistencia en sus labrados de di-versos signos de las cruces de Cristo los cuales se entremezclaban con profusión entre el texto que estaba escrito con letras que él desconocía.
Hurgando en el libro, vio que una de las páginas reclamaba su atención por el llamativo grabado que tenía.
Se trataba de una puerta de lo que parecía un monasterio y delante de la misma puerta luchaban dos caballeros con yelmo y coraza que estaban enzarzados en una furiosa lid. Al lado de la puerta había un arcón repujado en oro con dos ángeles del mismo metal subidos encima de la cubierta y enfrentados entre si con las espadas en la mano, en actitud muy semejante a los dos hombres que parecía que luchasen para conseguir el arcón de la puerta.
Uno de los Caballeros bestia ropajes de color negro y el otro de color blanco.
El escudo del Caballero negro tenía por emblema una José Enrique de espinas sangrantes y sobre ella el número 666 que destacaba por estar pintado de un blanco inmaculado.
El otro escudo, el del Caballero vestido de blanco, llevaba pintada la tiara del Papa y sobre ella tenía pintado en negro azabache el número 999.
La cabeza de Matania comenzaba a analizar estos extraños grabados, cuando se borraron de repente sus sentidos al sentir la mordedura de un hambre de verdad, que le corroía el estomago apretándole la boca del bajo vientre ferozmente.    
Pensando en su maltratado estomago Matania al girar por un recodo del sendero donde caminaba vio una arboleda espesa de sauces llorones que crecían en los alrededores de un lindo y pequeño lago y se acordó enseguida por la hambruna que padecía que podía pescar peces para comer.
Y en ese preciso instante fue cuando Setroc paró de leer las hojas  y cerrando el cuento de Matania dirigió la palabra a los caballeros presentes que rodeaban la Mesa Redonda.
-Estoy contento y satisfecho por la labor de todos pero en especial quiero agradecer a Enrique Mier el enorme interés que pone en el relato de Matania.
-Se que con su amigo Diego lo está investigando a fondo y apenas duermen pensando en cuál será la mejor manera de hallar alguna pista segura sobre la ubicación de la cripta y del Arca.
-Todos nosotros estamos implicados en la solución final de este enigma pero ahora todos debemos de tener mucho cuidado para mantener la seguridad y la integridad del grupo.
-José Enrique paralelo a la intendencia de la Orden esta encargado de mantener la seguridad de todos nosotros y vigilar a todos los extraños que puedan parecer sospechosos de trabajar para el verdadero enemigo del Temple, el Papa y el Vaticano.
-José Enrique y Sergio como mandatario de la milicia armada son los que velaran por todos nosotros si les ayudamos en la difícil tarea que se le ha encomendado, una misión que todos sabemos es de una dificultad extrema.
-Escuchar y obedecer todas sus ordenas a rajatabla aunque os parezcan nimias o complicadas, José Enrique está al corriente y conoce muy bien cómo trabajan nuestros enemigos mortales.


EPISODIO V
Diego envido tres piedras disimulando la jugada que tenía en la mano a la par que le hacía la seña de treinta y nueve, a Luis Arnaiz su compañero de juego.
Enrique Mier (que jugaba de contrario) al ver de reojo la seña de Diego se lo comunico a José Enrique su compañero para que no perdiera el chico y Juan le devolvió la seña de cuarenta.
Setroc que estaba ese día de pasivo espectador (por la imposibilidad de jugar entre cinco a la flor) vio el desastre que se aproxima en esa mano y esperó atentamente el resultado final.
Enrique Mier que controlaba todo en esta jugada, envido a Diego tres piedras más y este bastante crecido porque creía que tenía buen punto le envido el resto y Enrique le quiso.
Cuando dieron la otra carta Diego que era mano canto la flor que tenía, con el seis de copas, la sota y el caballo.
Enrique muy contrariado (por la pérdida de tan buena jugada del compañero Juan) tiro sus cartas con coraje sobre la mesa, hasta que oyó a Juan, contra todo pronóstico, cantar también flor.
La tensión sube en cada instante que pasaba a la espera del total de puntos de la flor de cada cual.
Diego con la seguridad de vencer abrió sus cartas y dijo con prepotencia chulería:
-¡Cuarenta y cinco en flor!...
Juan Manuel, que era mucho más flemático que jugador, destapo despacio las cartas diciendo:
-La sota, el caballo y el rey y los tres son de oros.
La palidez de la pareja perdedora se asemejó a la cara de un chino con cirrosis cuando vieron la jugada que tenía José Enrique.
Al sentir la burlona risita de Setroc (Luis sintió ganas de estrangular con sus manos al creador de tan jocosa burla) se revolvió furioso contra Enrique y se lamentó de la mucha potra que tenían, diciendo:
-¡No juego más con vosotros a la flor porque sois pícaros y truhanes!
-¡Pero el verdadero culpable de que hoy perdamos la partida la tiene Setroc que os está pasando descaradamente las señas de nuestras jugadas!...
-¡Di otra chorrada y te licencias!
Dijo José Enrique y añadió:
-¡Tenéis que saber que perder es la mejor manera de aprender a vivir! Así que pagar todo lo que se ha consumido en la mesa como excelentes discípulos que sois los dos y dejar de decir tonterías y chorradas.
Diego con la cachaza de buen conformista que le caracterizaba zanjo enseguida la discusión y sacó de su cartera la parte que le correspondía diciendo a José Enrique Mier:
-¡Si perder es vivir!... ¿Cuántos perdedores pagarían a gusto por su mala suerte para poder dilatar en el tiempo su vida?
Ante la chispa ocurrente de Diego todos los allí presentes hicieron resonar en las paredes del salón del restaurante la unánime carcajada relajante que agradó a todos los allí presentes.
Antes de la partida se había degustado la excelente comida del Centro y ahora todos los amigos estaban satisfechos y bien dispuestos a escuchar en el reservado del local, de labios de Setroc, la tercera parte del relato de Matania:
-Del deseo ciego por el hambre que Matania tenía, surgió desde el estomago hacía su boca un alarido de hambre milenaria, que resonó con ecos entre las paredes de la sala, como si de truenos y rayos de la tormenta se tratara.
La voz de Matania surgió hacía el aire poderoso y fuerte:
-¡El que poder tenga, que convierta a los peces en mi cena!
Al instante, un clamor (como si fuese el galopar de cien caballos) se produjo y como si fuesen rodeados por una densa nube, cientos de peces del lago le llovieron literalmente encima.
Matania se asustó de tal manera que emprendió una veloz huida hacía el bosque más próximo y una vez allí y desde la protección de los árboles, contemplo el montón de peces que estaban apila-dos en el lugar donde antes se hallaba.
El asombro se reflejaba en la cara de Matania, mientras se aproximaba con lentitud hasta rozar con sus manos a los enormes peces que se movían con coletazos agónicos como queriendo aspirar el oxigeno viciado de los humanos.  
Su hambre y su contento activaron lo demás.
Preparo un buen fuego de leña, limpio los peces que se pensaba comer y los asó en las brasas de la hoguera.
Después de comer peces hasta reventar Matania se apartó del camino y hasta que halló una cueva en donde podría pasar la noche, se metió dentro y se preparo un buen lecho con la olorosa hierba seca que por doquier había y se quedo al instante profundamente dormido.
Esa noche Matania tuvo un extraño sueño.
Soñó, que jugaba una partida de dominó en contra de tres simpáticos diablillos rojos, que con énfasis aseguraban que el vencedor podría pedir su mejor deseo si ganaba la partida.
Como vencer en solitario una partida de dominó es matemáticamente imposible, (porque si él tenía como compañero a uno de los diablillos él jamás podría ganar) pensó la mejor manera y forma de solucionar este conflicto.
Como al dominó siempre gana la pareja que tiene menos puntos en las fichas que queden si se cierra en secuencia de uno al seis ó las blancas, Matania que era un magnifico jugador, se las compuso de tal forma y manera, que todas las jugadas que ha-cían acababan siempre en cierres.
Al contar las fichas después de un cierre, Matania, contabilizaba solamente las fichas suyas, porque argumentó a los diablillos, con mucha razón, que él como ser humano jugaba sólo.
Jugaron 7 partidas hasta completar los 40 puntos, sumando 50 veces 6, más una de 100.
Cerraron, dos veces al 6, dos al 4, dos al 2, y una sola vez a las fichas blancas.
Y cuando Matania por derecho les pedía un viejo deseo que siempre había tenido, se despertó del profundo sueño de repente por la fuerte luz del sol de la mañana que le daba de lleno en la cara.
Cuando se terminó la tercera parte del cuanto de Matania la tarde ya había comenzado a postrarse en el horizonte y todos juntos salieron pensativos hasta el parque de Barquín de Torrelavega.



EPISODIO VI
El coche surcaba la esplendida carretera con el brío de los muchos caballos de fuerza que tenía el motor y serpenteaba con seguridad y elegancia las suaves curvas de la calzada. El conductor, (que había hecho miles de veces ese mismo recorrido) tenía el aspecto algo rudo y desaliñado del clásico montañés, (con la gorra negra calada hasta los ojos y recia la mirada) aunque blando y sincero en su interior por tantos años de servicio a la Iglesia.
En el interior del coche dormitaban tres personajes de indefinida ciudadanía pero con aspecto elegante y acomodado, (cómo si el patrimonio personal de cada uno de los hombres se pudiese medir por la vestimenta de cada cual) con los alzacuellos y el habito de la jerarquía católica.
Uno es de raza blanca, otro negro y el tercer pasajero un asiático bajo de rostro indefinido.
Cuando llegaban a Lebeña la noche ya comenzaba a cubrir con su obscura sombra las altas montañas que rodeaban al frondoso y recóndito valle.
El potente vehículo sin reducir apenas la velocidad se adentro sin parar por entre las estrechas callejas del pequeño pueblo hasta que se detuvo delante de un enorme portón enrejado que vetaba el acceso al cerramiento herméticamente tapiado.
Al toque de la bocina la artesanal verja de hierro bellamente forjado, se abrió de par en par, dejando al vehículo de los extraños personajes que entrase al interior de la finca y después de pasado el coche de los tres extraños forasteros la puerta se cerró detrás de ellos tan silenciosamente como antes se abrió.
Cómo les estaban esperando dentro de la casa con impaciencia, en cuanto llegaron fueron llevados al salón principal de la vieja casona de piedra, donde se celebraba por gente de la Iglesia una de las más sorprendentes reuniones que un ser humano pueda imaginarse.
Alrededor de una larga mesa de caoba maciza, que se hallaba aderezada con artísticos candelabros de plata brillante y compacta, estratégicamente situados sobre un calado y fino mantel de lino blanco, se sentaba ocupando la cabecera de la larga mesa el Abad titular del Monasterio de Santo Toribio de Liébana. En el lado derecho de la mesa se sentaban dos eminentes Cardenales de la Iglesia católica y al lado izquierdo se situaron los tres dispares personajes que habían llegado en el coche.
Presidiendo la otra cabecera de la mesa se sentaba el amo y señor de la casona vestido con el hábito de los hidalgos cruzados. Lo lleva por derecho de la familia que siempre había tenido la custodia de las santas reliquias de la Iglesia desde el día que fueron sepultadas en la cripta secreta por órdenes del Papa y del Temple que las trajo desde Ravena en los albores del siglo noveno.
Después de una oración por la Iglesia y el Papa el Conde Don Alonso (que así se llama el dueño de la casa) cedió la palabra al Cardenal Montini la máxima autoridad eclesiástica y además el representante oficial del Papa en la reunión.
-¡Hermanos de Cristo crucificado!...  
Dijo Montini con su voz de barítono.
-Las palabras que en este salón se pronuncien son desde este mismo momento secretas para todos por orden expresa del Santo Padre. Los objetos sagrados de la Iglesia que se hallan depositados en este hermoso Valle de Liébana. En estos días aciagos se hallan en la contingencia de ser descubiertos y de ser saqueados por intereses de la secta más dañina para Iglesia que jamás haya existido… Una maldita Orden llamada del Temple. Por ello las reliquias sagradas deben ser férreamente custodiadas por nosotros y ningún otro mortal debe saber ni conocer su secreto emplazamiento. El Temple ha sobrevivido con la avidez de arrebatar de las manos del Papa el tesoro más precioso de la tierra el Arca de la Suprema Alianza con Dios el Padre de Cristo.
-Ellos intentaron que el Papa les concediera la custodia perpetúa del arca y de las otras santas reliquias que había en la cripta secreta, pero el Pontífice se lo denegó al Maestre Jacques de Moley que regia en aquellos remotos tiempos el Temple desde la ciudad de Paris.
-El Papa, temeroso de la venganza del Temple los mando arrestar y mato y torturo a casi todos los Templarios sin compasión alguna destruyendo la orden con la ayuda del Rey de Francia Felipe el Hermoso para apoderarse de los tesoros del Temple.
-Esa es la historia, hermanos.
-Pero el asunto que hoy debemos replantearnos, se halla fuertemente relacionado con algún miembro de la Orden que sobrevivió al exterminio. Además hay que tener en cuenta que jamás fue encontrado el fabuloso tesoro de los Templarios, aunque fueron torturados los mandatarios de la orden por los verdugos del Rey Felipe para averiguar en donde se escondía el tesoro. Pero ninguno de ellos habló en el potro de tortura, prefirieron morir sufriendo que descubrir donde se ocultaba el oro.
-Tenemos que descubrir donde se están las claves e incógnitas que lleven a la Orden a descubrir el emplazamiento de la cripta.
 -Ahora solamente conocen su exacto emplazamiento el Papa y también el conde Don Alonso como custodio militar del sagrado lugar. Y como jamás lo ha revelado a nadie ni lo revelarán, porque si profanasen el Arca de Dios, seria tanto el Papa de Roma cómo el conde Don Alonso excomulgados a divinis por mandato directo de Cristo.
El Cardenal Mauricio (que es el ayudante del enviado del Papa) levanto la mano derecha pidiendo la palabra y cuando Montini se la cedió dijo:
-Monseñores…
-Los miembros de nuestros servicios secretos aquí presentes han aportado un informe que pueden clarificarnos meridianamente los métodos que puede utilizar la Orden del Temple para averiguar el emplazamiento exacto de la cripta divina.
- Hable…hable… Mauricio…
Dijo Montini inquieto.
-Monseñor…
-Jacques de Moley después de traer a estas tierras las reliquias sagradas y como no pudo intervenir en los difíciles procesos para la construcción de la cripta y los especiales métodos para manipular el arca de Dios mando escribir en lenguaje de retruécano secreto una variedad de cuento para niños con un gran retruécano, esotérico y cabalístico entre sus páginas.
-El cuento se escribe en clave secreta para que algún miembro del Temple que sobreviva después de la masacre del rey francés, pudiese encontrar el lugar exacto donde se sepultó el Arca y donde está enterrada la cripta.
-El cuento, que es anónimo, se cita como los sueños de Matania y lo más extraño de todo es que los dos ejemplares que en aquellos tiempos se editaron, han desaparecido de todas las bibliotecas del mundo misteriosamente. He llegado a mi conocimiento que uno de los dos ejemplares, lo tienen algunos seguidores de la antigua Orden del Temple de Torrelavega.
Termino diciendo el Cardenal Mauricio mirando a su superior con afectado servilismo.
Don Alonso, (que con el Papa es el único que sabe la localización exacta de la cripta) se encontraba desasosegado y muy preocupado por su seguridad y la de toda su gente. Había leído detenidamente, (en los esplendidos ejemplares de su biblioteca) el poder que tenía el Temple después de luchar en las cruzadas contra los infieles y una fabulosa hazaña que algunos de estos caballeros del Temple habían efectuado al conseguir traerse hasta las inhóspitas tierras del Valle de Liébana el tesoro más preciado de la Iglesia. Solamente a ellos debía la Iglesia su existencia y el Santo Padre les había pagado con la destrucción y la muerte. Razón de sobra tenían para odiarlos a todos si alguno de los templarios hubiera sobrevivido después de ser masacrados sin piedad.
Enredado en los temerosos pensamientos se hallaba el conde Don Alonso cuando dijo sin mucha convicción a todos los que estaban reunidos:
-¡Monseñor!...
-Nosotros y la Iglesia sabemos con certeza que no hay ser humano que se permita abrir y manipular el arca del Señor sin ser fulminado al instante por la poderosísima fuerza divina que contiene. Podéis dejar conmigo como protección personal a los diáconos del servicio secreto y su Eminencia puede asegurar al santo padre que prefiero morir antes de que ningún otro mortal supiera el exacto lugar donde se halla sepultada la cripta.
El ladino Abad del Monasterio de Santo Toribio (que todavía no ha pronunciado palabra alguna) se sentía con el poder y la fuerza del Creador por la fe que profesaba la Orden de San Benito después de su fundación en el Monasterio Italiano del Monte casino.
Además el Abad se guarda para beneficio de la orden lo que ellos saben sobre la ubicación exacta de la cripta sagrada.
Era lógico que el Abad reservara para su beneficio todo lo que la orden sabía porque habían sido los propios monjes del Monasterio los que la habían construido con sus propias manos.
Todos los monjes que habían trabajado allí hasta el desmayo para hacer tan descomunal obra de Dios, habían pagado sus fatigas y todos sus agotadores trabajos con sus vidas. Todos sin excepción fueron pasados por las armas sin ninguna clase de caridad o piedad por los caballeros templarios por órdenes expresas del Papa y después sepultados junto con las reliquias.
Los monjes de la orden de San Benito sabían en aquel entonces lo que la Iglesia maquinaria más tarde contra el Temple.
El Papa los barrió de la faz de la tierra, para no dejar testigos vivientes del más trascendental secreto que tiene el catolicismo.
En los antiguos registros del Monasterio el Abad había detallado la cantidad exacta de monjes y bestias de carga que fueron sepultadas en la cripta. Noventa monjes, ocho parejas de bueyes, cuarenta mulas, los aperos, los carros, las herramientas y lo más valorado por los monjes Benedictinos de esta época, el pedazo más grande de la cruz donde fue martirizado Cristo también se sepulto junto al Arca y las demás sagradas reliquias.
Todo ello se halla sepultado en la cripta.
El Monasterio se quedo prácticamente vació.
Pero ninguno de los verdugos supo jamás que uno de los monjes sobrevivió al holocausto por haberse escondido cuando la tragedia se producía en la espesura del bosque.
Y este único superviviente pudo describir la terrible desdicha que el mismo había protagonizado y después de errar en el bosque hasta que pasó el peligro, el monje no volvió al Monasterio hasta cuando se fueron los Templarios de Lebeña.
Por el testimonio escrito del único superviviente el Abad tenía la clave y el secreto de la cripta y no lo revelaría a nadie, porque ellos están siempre con Dios y con Cristo.
En recuerdo de ese sacrificio supremo de los Monjes, el preciado don del Señor y todo lo que en la Cripta había era propiedad de la Orden de San Benito.
Cuando después de discutir mucho sobre las estrategias a seguir en el futuro y finaliza la controversia por ordenes de Don Alonso, que está muy cansado de tantas explicaciones y la secreta reunión y todos los invitados se dispusieron a degustar una magnifica tragantona que la condesa les había dispuesto.
Al día siguiente después de haberse ido el Abad y los Cardenales, Don Alonso se sintió algo más seguro porque la Iglesia había dejado a los dos espías del Vaticano para proteger sus dominios.


EPISODIO VII
Cuando tuvieron necesidad se alquiló un local para reuniones.
El bajo que después de mucho mirar consiguieron lo adquirió nuestro amigo Luis que era muy hábil para cualquier tipo de negocio que se le presente.
El objetivo que buscábamos era poder tener entre todos nosotros reuniones privadas secretas, sin testigos molestos que entorpecerían la marcha de la investigación de la desconcertante y excepcional narración de Matania.
El local que alquilamos era lo suficiente espacioso para ubicar en él algunas estanterías y poner en el centro la Mesa Redonda con ocho cómodas sillas, para que los presentes se sintieran cómodos. Pero lo más importante de todo era poder efectuar la ceremonia templaría que nos exigía Guatire para que todos los miembros de la Mesa pudiesen ser ordenados Caballeros de la Orden.
El hombre de la rosa y el poder de Gran Maestre Español, debía confirmar a los ocho miembros de la Mesa Redonda de Torrelavega junto con los antiguos rituales de consagración y golpes de espada tradicionales.
Los Caballeros templarios de la Mesa Redonda se enorgullecían por haber dado un trascendental paso que sería en el futuro de suma importancia para el resto de su vida y de sus familias.
Grapados por las paredes del local se hallaban infinidad de croquis con las claves de cada episodio del cuento de Matania, para poder estudiar cada uno de ellos con detenimiento y precisión.
Todos los números y los objetos que había recibido Matania estaban señalados en la pared con círculos rojos para poder ser encadenados con el siguiente relato.
Siempre era El hombre de la rosa el que recibía los manuscritos que le manda Guatire de la Sede Central de la Orden en París por mensajeros privados con acuse de recibo.
Como ninguno de los miembros de la Orden tenía conocimiento alguno del montante de episodios que componían la misteriosa historia de Matania, el suspense estaba asegurado hasta el desen-lace final de la obra.
Sentados en la Mesa Redonda con un vaso de vino blanco delante de cada uno y con el normal interés por el relato comenzó el Maestre a leer el siguiente episodio de Matania.
-Al día siguiente, el frío de la mañana y la claridad del día, despertaron a Matania y después de guardar en el zurrón su precario ajuar salió de la cueva y estirando perezosamente los entumecidos músculos se quedó hechizado por la maravillosa salida del sol de la esplendida mañana.
En un estanque próximo, una bandada de patos silvestres aterrizaba torpemente sobre las cristalinas aguas agitándolas entre revoltijos de espuma blanca mientras los pajarillos muy asustados por el gran escándalo que hacían, huían a lo más profundo del bosque.
Matania mientras tanto, atizaba los rescoldos de la hoguera (que le había servido para asar los peces la noche anterior) y asó el resto de peces que le habían sobrado. Después de comerse todo lo que había con tranquilidad, reflexionó sobre los dos excepcionales sucesos que iban a cambiar por completo la vida que hasta ahora llevaba. El do-minó y el libro, habían trastocado en gran manera su forma errante de vivir y el milagro de los peces le tenía alucinado por las oportunas consecuencias que para él tenía, al no tener que trabajar ni pedir para poder comer.
¿Seguirá en el futuro la buena racha?
Se pregunto, pensando en que todo lo que le había sucedido podía ser debido a un fenómeno casual.
Encogiéndose de hombros y sin dar más importancia a tan extraño suceso, se hecho el zurrón al hombro y se puso tranquilamente a caminar con su paso pausado pero constante.
Más adelante ya tendría tiempo de averiguar si ese milagro de los peces había sido casualidad ó podía ser pura magia.
Después de recorrer un trecho bastante largo por los serpenteantes senderos que había entre la zona boscosa y el monte bajo, Matania se detuvo a la orilla de un arroyo en donde veía que nadaban algunas hermosas truchas y viendo la posibilidad de repetir la hazaña anterior, vació el zurrón y colocándolo abierto en la orilla levanto las dos manos y clamó al cielo:
-¡Que las truchas entren en mí zurrón!
Al instante, el mismo clamor del galope de cientos de caballos del día anterior se dejo oír en la paz del bosque, mientras una nube de tonos plateados que brotaba desde el pequeño arroyo se dirigía veloz hacía Matania hasta que el conglomerado plateado se metió dentro del zurrón.
Mientras todos los peces del riachuelo palpitaban dentro del dilatado morral, Matania maravillado, al comprobar tal prodigio, saltaba de felicidad y contento, pensando que a partir de ahora estaba libre de obligaciones y de trabajos.
Continúo nuestro amigo durante bastante tiempo en esa alegre condición humana hasta que agotado se derrumbo rendido sobre la fresca hierba clamando alegremente.
-¡Gracias!...
-¡Mil gracias!...
-Quien quiera que seáis mis buenos bienhechores samaritanos.
Matania una vez calmado y ya más tranquilo, saco los peces del zurrón y los seleccionó en montones por el tamaño y la especie que cada pez tenía.
Entre todos, contabilizó 401 peces.
75 truchas grandes.
75 truchas medianas.
75 carpas grades.
75 carpas medianas.
100 barbos terciados y un alevín de salmón que devolvió al rió. Como con tal cantidad de peces no podía caminar, Matania fue hasta el camino real para tratar que una de las carretas que pasaban con cierta frecuencia por allí, le llevase hasta el poblado más próximo para vender sus hermosos peces a los habitantes de la aldea.
Cuando el hombre de la rosa finalizó el relato Diego se arrasca preocupado en demasía su ralo pelo negro. Juan Manuel, que se sentaba como de costumbre siempre al lado de Luis, libaba con placer su copa de blanco, mientras Luis a su lado desgranaba una sonrisa misteriosa y ladina.
Enrique Mier movía con inquietud y desasosiego su figura muy sorprendido por la difícil trama del enrevesado cuento.
Mientras José Enrique, Sergio Mier y José Manuel se dedicaban a analizar y clasificar historias tan humanas, el hombre de la rosa se alborozaba de contento viendo los mohines y los aspavientos boquiabiertos de sus aguerridos caballeros del Temple. Rostros atentos y bien prestos a utilizar su entendimiento para tratar de encontrar la solución más idónea para resolver el enigma.
Esa era la virtud que la Orden había buscado por todo el planeta y la había encontrado entre los templarios de Torrelavega con el valor añadido de saber usar su capacidad y su potencial a favor de sus hermanos de la Orden del Temple.
Sergio, José y Manolo formaban un trío formidable para asegurar a la Orden, armas, disciplina y sanas finanzas que manaban de los antiguos tesoros que la Orden tenia enterrados en Lebeña.

 EPISODIO VIII
La conferencia sobre el Temple y sus consecuencias históricas, se desarrollaba en la casa de cultura de Torrelavega en una tarde más bien gris y poco dada a unos eventos de tanta trascendencia, dado que se desarrollaba en un día de labor y trabajo.
El ponente de la tesis Templaría es francés y viaja encubierto dentro de la asociación de hermanamiento con la ciudad francesa de Rochefort y Torrelavega que es la capital del río Besaya y es el miembro más activo de la Orden del Temple en Europa llamado Guatire, el supervisor y amigo del hombre de la rosa.
En la mesa presidencial al lado del conferenciante están sentados los ocho miembros activos de la Mesa Redonda local.
La pequeña sala de conferencias estaba casi repleta de una clásica y heterogénea mezcolanzas de personas, que se entusiasman con la exposición de temas arduos y difíciles en la historia del hombre y el Temple era uno de los temas preferidos por el misterioso final de la más importante orden de caballería que de Europa.
Guatire comenzó su conferencia con su voz suave y melodiosa en perfecto español:
-¡Damas y caballeros!...
-Ser templario señoras y señores es ser a la vez caballero de una Orden Militar que se llama el Temple y es además saber ser siempre caritativo y misericordioso para con los seres humanos que habitan en nuestro bello planeta.
-La Orden del Temple fue creada con el nombre de los caballeros pobres de Cristo por los hidalgos franceses en la ciudad de Jerusalén el año 1119 y su único fin era auxiliar a todo peregrino que fuese atacado en el camino de peregrinación por las razias de los infieles.
-Pasado el tiempo los llamados caballeros pobres de Cristo adoptaron el nuevo nombre de templarios el mismo día que Balduino II de Jerusalén los instaló en un antiguo palacio dentro del recinto del templo de Salomón.
-El Papa aprobó por requerimiento del Temple en el año 1128, la severa regla de la Orden y el año 1148 les proporcionó el hábito que está formado por la túnica blanca y la cruz roja en el pecho.
-Gracias a las abundantes donaciones que recibe y a la buena administración la Orden del Temple se convirtió en una poderosa organización militar, política y económica, con amplios dominios por todo el orbe conocido, pero sobre manera en la zona de Palestina. Una Orden a la que todos los reyes europeos solían pedir préstamos de dinero para gastarlo en sus boatos y en sus fiestas mundanas sin ninguna posibilidad de devolver el préstamo.  
-Cuando los poderosos y bien preparados ejércitos musulmanes del Sultán Aladino conquistaron la ciudad de Jerusalén y expulsaron a los llamados cristianos de tierra santa, los caballeros templarios se instalaron en la isla de Chipre en donde situaron su base principal para su posterior expansión por todo el Occidente, conquistado por las tropas de la empecinada cruzada religiosa que había ordenado el Papa.
A principios del siglo XII se establecieron en la zona fronteriza de Aragón, Cataluña, Navarra y Castilla, tomando en la península Ibérica las posiciones que les permitirían participar en las cruzadas de conquista de territorios musulmanes.
-Cuando el Rey de Aragón Don Alfonso el Batallador nombró en su testamento como herederos de todos sus bienes y de su reino a los templarios, la nobleza aragonesa se opuso y para evitar conflictos entre cristianos el Temple renunció a la herencia a cambio de diversos dominios y privilegios que consolidaron su prosperidad en el reino.
-En su territorio de origen que es Francia es donde los caballeros templarios eran los principales financieros de la José Enrique francesa, hasta que su Rey Felipe el Hermoso por una orden expresa del Papa, decidió poner punto y final a su extraordinario poder político y social e iniciando un largo proceso inquisitorial contra la Orden en el año 1307.
-La mayoría de los caballeros templarios fueron encarcelados y torturados por los soldados del Rey de Francia y sus principales dirigentes fueron quemados en la hoguera de la inquisición después de haber sido atormentados sin compasión por los verdugos del Rey.
-En la ciudad de Paris y ante el Rey fue quemado vivo entre otros caballeros principales el Gran Maestre General de la Orden Jacques de Moley.
-A pesar de tanta sangre y de tanta tortura, ningún miembro del Temple les dijo jamás bajo tormento en donde se escondían todos los fabulosos tesoros de la Orden.
¡Tesoros que jamás fueron hallados!...   
-El Papa que es celoso y envidioso por la poderosa influencia que la orden del Temple tenía entre los católicos y la aristocracia guerrera, firmo un decreto y suprimió la orden en el año 1312 des-pués de un dictamen interesado de los Cardenales que fue formulado por las influencias del Papa en el Concilio que celebraron en la ciudad francesa de Vienne en el año 1311.
-En el año aciago de 1314 los principales caballeros de la Orden son condenados a la hoguera y los pocos bienes que se encontraron pasaron a la corona francesa.
-En España el Temple se escondió camuflado entre el complejo amasijo y la infinidad de sociedades cristianas.
-El Rey de Aragón los protegió y el proceso inquisitorial se saldó con la sola dispersión de la Orden, después de proclamar su inocencia en un Concilio celebrado en Tarragona en el año 1312.
-En Valencia los bienes de la Orden sirvieron para fundar la Orden de Montesa en el año 1317.
-En Cataluña y Aragón los bienes fueron a parar a los Caballeros Hospitalarios y en las provincias de Castilla pasaron a la corona.
-La Montesa es una Orden militar fundada por los antiguos templarios de la corona de Aragón en el año 1317.
-Fue a principios del siglo XIV, cuando el Papa Clemente V y el rey Felipe IV de Francia suprimieron la orden del Temple y entonces la Orden hospitalaria de san Juan intentó apoderarse de sus bienes, pero jamás lo pudieron conseguir ninguno de los dos.
-En el año 1312, Jaime II de Aragón y Dionís de Portugal protestaron por este hecho ante el Papa y por eso los bienes de la Orden del Temple que se hallaban en tierras de Castilla, Aragón y Portugal no fueron entregados a los caballeros de San Juan.
-Los bienes de la Orden del Temple en Castilla se distribuyeron equitativamente entre las asociaciones de caballeros restantes.
-En Portugal se constituyó con los bienes que tenía el Temple la Milicia de Cristo y en Aragón se repartieron a las otras milicias y se fundó la Orden de Montesa a la que se añade la de San Jorge de Alfama, fundada por Pedro el Católico de Aragón.
-Incorporada a los Cistercienses a finales del siglo XV la Orden poseía trece encomiendas y ocho prioratos y las órdenes militares de Castilla y de Aragón es adscrita a la corona de Aragón.
-Montesa dependía del monasterio de Santes Creus y a pesar de ser una orden militar no ejerció nunca como tal.
-Ahora mis estimados y fieles amigos expondré lo que significó la Cruzada para el Temple y continúo el Gran Maestre Guatire su sugestiva exposición sobre el origen de la misma.   
-La palabra Cruzada estimados amigos es un término que engloba todo el conjunto de expediciones militares emprendidas por los cristianos contra los infieles durante la edad media, entre los siglos XI y XIII.
-Su fin y su destino era la conquista de los Santos Lugares que se hallaban en manos de la caterva de infieles musulmanes y expulsarlos con la fuerza de las armas y la voluntad de Cristo de estas tierras tan martirizadas.
-La causa principal para organizar las cruzadas obedecen además de restaurar la fe en el Padre y en su hijo Jesucristo, a las difíciles circunstancias de orden social, político y religioso que existía en esa época en toda Europa.
-Tradicionalmente se han computado ocho cruzadas. Aunque esa correlación representa a los momentos culminantes de la continua migración de las gentes de Occidente a Oriente que se vio acuciada por el incremento demográfico de la época y por los movimientos milenaristas.
-Podemos datar sus orígenes antes del año1095 en ciertas campañas de los reinos hispánicos en contra del Al-Andalus, pero sobre todo se inician con el Concilio de Clermont-Ferrand del año 1095 que fue cuando se amplió la protección eclesiástica a los peregrinos que se encaminasen hacía Jerusalén y la última etapa de estas cruzadas debemos situarla más allá del año 1270, aun cuando durante el siglo XV también se elaborase algún otro proyecto.
-El espíritu religioso de aquella época es lo que generó la mentalidad para la conquista colectiva de estos lugares sagrados, lo que favoreció de alguna manera la gran migración de gente armada hacía la conquista de Jerusalén.
-Las expediciones militares fueron motivadas por la llamada imperiosa de tomar las armas y defender a Cristo por el Papa Urbano II en el año1095 y por la solicitud de ayuda que le pedía con insistencia al Papa el Emperador bizantino por estar acosado por los ejércitos infieles.
-La primera Cruzada es dirigida y fomentada por los grandes señores feudales, que contrariamente a los planes que tenía Bizancio, que tenía proyectos para conquistar Siria y otros territorios afines.
-Aprovechando la temporal división del Islam en la zona ocuparon Antioquía el año 1098 y Jerusalén en 1099 creando los estados latinos de Oriente que tenían el centro en las ciudades antes mencionadas y se le añadieron el condado de Edesa y el principado de Trípoli, los cuales a pesar de su riqueza nunca pudieron remontar la debilidad de los efectivos papales.
-Las necesidades para la defensa de estos territorios ya ocupados galvanizaron de laguna forma la expedición de las otras cruzadas.
-La segunda cruzada del 1146 al 1149 se provoca por el contraataque musulmán a Edesa y fue dirigida por los reyes de Alemania y Francia. Pero la expedición fracasó en el propósito por recuperar Edesa y conquistar Damasco.
-La tercera cruzada del año 1189 al 1192 estaba motivada por la caída de Jerusalén en el año 1187 en manos del soberano egipcio Saladino y fue dirigida por Federico I Barbarroja de Alemania, Felipe II Augusto de Francia y por el Rey Ricardo I corazón de león, pero fracasó en su propósito porque terminó con un tratado con Saladino, el cual retuvo Jerusalén.
-La cuarta cruzada que se inició el año 1202 y duro hasta el año 1204 estuvo dirigida por un grupo de señores feudales. Por la falta de dinero se tras-toco la expedición, e hizo que los señores se pusieran al servicio de Venecia. La cual por intereses particulares los desvió hacia el Imperio bizantino, tierra que conquistaron parcialmente y formaron el Imperio Latino de Constantinopla en el año 1204 además de fundar otros estados menores, mientras la legitimidad bizantina se refugiaba en el Imperio de Nicea.
-La quinta cruzada, iniciada en el año 1217 y finalizada en el año 1221, apenas tuvo consecuencias en la relación de fuerzas infieles ó de las potencias católicas.
-La sexta cruzada, iniciada en el año 1228 y terminada el año 1229, fue dirigida por Federico II de Alemania que mediante un tratado con los infieles recuperó Jerusalén hasta que después de cruentas batallas en el año 1244 la traumatizada ciudad pasó de nuevo a manos de los turcos.
-La séptima y la octava cruzadas fueron realizadas hasta el año 1270 por iniciativa personal del Rey Luis IX de Francia que en la batalla de la octava encontró la muerte.
-Los resultados de todas las cruzadas han sido muy variados, aunque los últimos restos de los estados latinos se mantuviesen hasta el año 1291.
-Para la Iglesia las cruzadas fueron guerras hechas por ordenes suyas o con su consentimiento contra los infieles, herejes, paganos o enemigos del Papa y pusieron en contacto a algunos pueblos que se desconocían aumentando las posibilidades comerciales y culturales.
-Sin embargo, no radicó en ellas el despegue económico europeo de los siglos XII y XIII porque podríamos decir sin equivocarnos que todas las cruzadas fueron la consecuencia de este auge.
Con la exhaustiva exposición del Temple y de las cruzadas finalizo Guatire su participación en la conferencia, cediendo la palabra charla al Hombre de la Rosa, quien disertará sobre las vicisitudes históricas de la ciudad de Jerusalén.
-Ahora toma la palabra el Gran Maestre español Señor Setroc… Anuncio pomposamente el supervisor de la Orden Enrique Mier.
Setroc se levanto de su asiento solemnemente y llegando al atril comenzó su alegato con las siguientes palabras:
-Apreciados amigos, voy a ser muy breve porque veo que el cansancio puede con el interés general, comenzó Setroc con voz sonora y potente desglosando el tema que deseaba exponer.   
-Jerusalén (como todos sabéis) es la metrópoli más misteriosa y sangrienta en la historia del hombre y de su civilización.
-Pertenece a Palestina y se halla situada al oeste del río Jordán.
-Su nombre en árabe es Al-Quds.
-La historia nos dice que la ciudad Santa de Cristo fue ocupada por tribus nómadas en el tercer milenio antes de la era cristiana y los primeros habitantes se asentaron en las colinas de Ofël, como nos han testimoniado todas las excavaciones arqueológicas que han sido realizadas hasta ahora en la llamada ciudad Santa.
-La ciudad fue habitada por las tribus Cananeas y por las Jebuseas hasta que el Rey David ocupó la ciudad y la convirtió en capital de su reino durante el siglo X antes de Jesucristo.
-El hijo del Rey David Salomón es el que manda edificar el templo de Iahvé en donde se depositó el Arca de la Alianza Divina con el Creador de la vida de los seres Humanos.
-Los ejércitos babilonios destruyeron el templo en el año 587 antes de Jesucristo hasta que más tarde se reconstruyo entre los años del 520 al 515 antes de Cristo.
-La ciudad Santa de Jerusalén sufrió y padeció en el transcurso su trágica historia ingentes calamidades y posteriormente la castigada ciudad fue conquistada sucesivamente por Alejandro Magno y después por los Lágidas y por los Seléucidas y en el año 63 antes de Cristo es cuando la conquistó Pompeyo en nombre de Roma. Herodes Rey de los judíos reconstruyó gran parte de la ciudad y el templo.
-En el año 70 después de Cristo los ejércitos del Emperador Tito ocuparon Jerusalén y como si de una epidemia de destrucción y de muerte se tratase, asolo de tal manera la atormentada ciudad, que después de incendiar y destruir totalmente el templo, del que sólo quedó el muro de las lamentaciones, mando que se arara la ciudad para erradicar de la faz de la tierra todo vestigio religioso judío
-Los romanos edificaron sobre las ruinas una nueva ciudad a la que dieron el nombre de Colonia Aelia Capitolina prohibiendo el acceso a ella a los judíos.
-A partir del siglo IV Jerusalén se convirtió en un centro de peregrinaje del cristianismo.
-Constantino el Grande después señalar a su libre albedrío todos los santos lugares donde Cristo padeció el tormento y construir los primeros templos sobre ellos, embelleció la ciudad para adecuarla a su nueva función.
-En el año 637 cuando los árabes la ocuparon por primera vez consolidaron su carácter sagrado.
-El cruzado Godofredo de Bouillon la conquistó en 1099 y fue posteriormente recuperada por el Ayubí Saladino en el año 1187.
-Saladino y los sultanes mamelucos en los siglos XIII al XIV la embellecieron de manera notable reconstruyendo las murallas y la ciudadela.
-Los ejércitos turcos la tuvieron ocupada desde el año 1516 al 1917.
-En el año 1922 Jerusalén se convirtió en la capital de Palestina, que se hallaba entonces bajo mandato británico.
-En el año 1949 la ciudad vieja donde se encuentra el Gólgota y el Santo Sepulcro se cede a Jordania y la ciudad nueva fue administrada por el nuevo estado de Israel.
-El año 1967 Israel ocupó arbitrariamente el sector Jordano de Jerusalén y esta anexión fue ratificada oficialmente en el año 1980 cuando el parlamento Israelí proclamó a Jerusalén la capital eterna de Israel.
-Aunque algunos países la han reconocido esta capitalidad y han trasladado a ella sus legaciones diplomáticas, la mayor parte de la comunidad internacional se ha abstenido y mantiene a sus embajadas en la ciudad de Tel-Aviv.
-Diversas instancias políticas y religiosas reclaman un estatuto especial para Jerusalén por su condición de ser la ciudad santa del judaísmo del cristianismo y el Islam.
-En el año 1990 los países Árabes en la cumbre de Bagdad reconocieron a Jerusalén como la capital de Palestina y parte indivisible de ella.
-Se conservan aún los restos de construcciones de los tiempos de Herodes y entre ellos el muro de las Lamentaciones.
-Del período de Bizancio tenemos los cimientos de la Iglesia del Santo Sepulcro, la cripta de la Iglesia de San Juan Bautista, la Iglesia de San Esteban y la capilla de San Jorge.
-En el año 691 se construyo el santuario Musulmán, llamado la Mezquita de Umar o cúpula de la Roca que es de planta octogonal como las construidas por el Temple y contiene una extraordinaria decoración de mosaicos que recuerdan el arte cristiano primitivo.
-Es el monumento más antiguo del Islam y una de las primeras realizaciones de los Omeyas.
-En el siglo VIII se edificó la mezquita Al-Aqsa sobre el antiguo templo judío.
-Sufrió posteriormente diversas restauraciones, por lo que su aspecto actual correspondería el siglo XI.
-A la época de las Cruzadas pertenecen los bellos monumentos, como la tumba de María y la Iglesia de Santa Ana.
-Y para finalizar esta humilde exposición sobre una ciudad que ha sido masacrada a través de la historia por las guerras y la sangre del hombre os diré que en el día de hoy la ciudad de Jerusalén es una ciudad que aún no ha finalizado de sufrir y el creador del hombre lo sabe y lo consiente.
Con estas solemnes palabras terminó Setroc su brillante charla sobre Jerusalén.
El aplauso fuerte y vigoroso cerró la charla con un sonoro eco al rebotar entre las gruesas paredes de la sala.
Después de finalizada la conferencia una cena discreta se celebró a puerta cerrada en la nueva sede del Temple.
Los nueve Templarios comían sin hablar y con gran apetito los pollos asados y las patatas fritas que el Maestre de la Orden José Enrique Mier había sabiamente dispuesto y organizado.
Pero lo más esencial de la cena fue el extraordinario vino que el intendente y administrador se había procurado en alguno de sus secretos lagares.
Y como todo se hallaba en perfecto orden cómo le corresponde al Temple la cena se desarrollo con esa calma tan habitual que hay entre caballeros.
Guatire aunque había traído de Paris otro episodio del cuento de Matania, decidió (de acuerdo con los demás) que se aplazara la lectura del cuento al día siguiente dado lo avanzado de la noche.
Cerraron el local y todos los presentes se retiraron a descansar a sus respectivos domicilios quedando citados a las diez de la mañana del día siguiente en el mismo lugar.
Setroc acompaño a Guatire al hotel donde se hospedaba y mientras caminaban el Gran Maestre señalando al hermoso cielo estrellado con el dedo, dijo:
-El poder de esas estrellas que ahora vemos brillar en el infinito, se halla depositado en el interior del Arca de Cristo mi caro Caballero. Nuestro deber como templarios es ayudar a los hombres con este poder para que finalicen las guerras y surja la paz y entonces será cuando la humana sabiduría humana se meta entre los seres que habitan la superficie de la Tierra.
-¿Algún día dominaremos la energía del Arca?
Pregunto Setroc.
-El Temple ya logró esa hazaña mi amigo.
-¿Sabéis como lo lograron?
Volvió a preguntar.
-No, aún no lo sabemos con total seguridad, pero el método que utilizaron para bloquear la poderosa energía se apoyaba en el milagroso poder aislante que tiene el plomo para neutralizar la radiación del Arca.
-Todo el enigma y su solución se hallan entre las páginas de la historia de Matania y el compromiso del Temple es desvelarlo.
Dijo Guatire guardando el silencioso mutismo del hombre que vive y vivirá hasta poder lograrlo.
Cuando se separaron a la puerta del hotel y Setroc caminaba pensativo al barrio de Nueva Ciudad, las estrellas le hacían cómplices guiños a la noche para que las meigas del silencio protegieran su vida.


EPISODIO IX
A las diez en punto de la mañana del día siguiente ya tenía el intendente José Enrique Mier preparado y distribuido sobre la mesa las tazas de un oloroso y estimulante café bien acompañadas de tiernos panecillos con manteca y mermelada.
Luis fue facultado ese día por Guatire para abrir el sobre lacrado para leernos el siguiente episodio del cuento de Matania.
Con la voz algo titubeante por el natural nerviosismo debido sobre todo a la presencia del Maestre Luis nos leyó las palabras siguientes:
-Matania salió del bosque hasta el camino y cuando llego levantó la mano haciéndole señas a un carretero que pasaba. Cuando el carro llegó a su altura el arriero detuvo el vehículo. El arriero al pararse, miró a Matania con cierta desconfianza, debido al desastroso aspecto que este tenía, pero cuando observó la sincera mirada de Matania y vio bondad y sinceridad en su rostro enseguida le ofreció subir al pescante.
-¡Gracias buen hombre que Dios os lo pague!
- ¡Pagármelo!
Dijo el arriero mirándole a los ojos.
-¡Sí recompensar su bondad!
Respondió Matania con sincero acento.
-Caro ciudadano, yo cuando deseo montar en el carro a algún extraño sólo inquiero su compañía, porque sabrás que estos tortuosos caminos son monótonos y solitarios para tener que hacérmelos yo sólo.
Cuando Matania se sentó al lado del arriero en el pescante, sin más preámbulos el carretero arreo a las dos bestias haciendo que tintineara alegremente el collarín de campanillas que los caballos llevaban alrededor del cuello
Después de un buen trecho de completo silencio, el carro penetró a en una zona completamente desarbolada y rasa  que dejaba contemplar en la lejanía un enorme y empinado monte coronadodo con una extraña nube negra la cual rodeaba en círculo a toda la cima.
-¡Buen hombre!
Pregunto Matania.
-¿Por qué tiene el monte que veis tan lejano esa extraña nube negra en la cumbre?
El arriero que silba una tonada mientras conducía el carro, le miró y le dijo.
-¡Más le valdría haber estado ciego!
-Porque lo que ahora vosotros veis, nosotros no lo queremos ver.
Matania, al escuchar la extraña explicación pensó que podía tener de malo esa montaña en una región en donde se respiraba cantidad de paz y tanta tranquilidad, pregunto:
-¿Es por caso un tirano el amo de la montaña?
El arriero mirándole de reojo, (negó con la cabeza a la par que detenía el carro) y le dijo:
-La montaña que veis, no tiene amo ni tiene dueño alguno que yo sepa.
-¿Entonces?...
Respondió Matania mientras se mesaba la espesa barba y se arrascaba preocupado el cogote pensando en la escasa lucidez que tenía el arriero.
-La pirámide de roca que veis tiene una maldición apocalíptica para los hombres.
-¿Y cuál puede ser quitando a la muerte lo que los hombres no puedan sobrellevar?
Dijo Matania.
-¡Escucha y pon atención!...
Dijo el arriero con voz grave.
-Hace mucho…mucho tiempo en esa montaña que ahora veis, vivían unos apacibles pastores con sus familias y cuidaban con todo el cariño y primor a sus rebaños de ovejas y cabras.
Pero sucedió, que un aciago día los que vivían de ese monte que veis y del ganado que pastaba en él, fueron de repente salvajemente agredidos por una fuerza extraña, que transformó la vida de todos y de los habitantes de la aldea.
Todo sucedió durante la más esplendida noche de verano que podáis imaginar. Una de esas noches que brillan con todo el resplandor de miríadas de estrellas.
Cuando los pastores tranquilos y relajados disfrutaban de esa magnífica noche contándose entre ellos leyendas y relatos muy antiguos, apareció de repente sobre la cima la misma nube negra que ahora contemplan vuestros ojos.
Al principio los pastores no se extrañaron porque pensaban que era la clásica nube de verano que descargaría en cualquier lugar.
Pero todo cambió cuando de repente escucharon fuertes balidos que salían de la cueva donde se guarecía el ganado.
La gente que se hallaba trabajando en la montaña se alarmó y fueron corriendo hacía la cueva para tratar de averiguar lo que tanto inquietaba a su ganado.
 Cuando los hombres y las mujeres con las picas y los palos, (pensando que podía ser un ataque de lobos) estaban cerca de la entrada de la cueva y los primeros llegaron hasta la cerca que rodeaba la entrada, un silencio extraño los acogió y cuan-do vieron que la puerta del redil estaba destrozada y las ovejas y las cabras silenciosas, la duda y el temor les acobardó hasta que los más decididos con el alguacilillo del pueblo al frente pene-traron en su interior.
Cuando las mujeres que iban detrás de sus hombres llegaron, muy intranquilas se detuvieron en la puerta de la cueva, muy impacientes por saber lo que allí dentro había sucedido.
Al sentir estas los fuertes gritos y los lamentos que salían del interior y temiendo por sus hombres se pusieron a gritar desaforadamente llevándose las manos a la cabeza con desesperación.
Al instante, apareció el alguacil por la puerta con el cuerpo destrozado y sangrante mientras gritaba desesperado a los que había fuera.
-¡Alejaos de este maldito lugar.
-¡No entréis!
Y dicho esto, el alguacil no dijo nada más porque al instante se desplomó sin vida sobre el suelo de roca de la entrada.
El arriero enmudeció de repente su relato (como no queriendo recordar tantas angustias pasadas) y arreando a las bestias reemprendió de nuevo el cansino viaje.
Matania curioso por naturaleza e intrigado por conocer el desenredo final de tan fascinante historia le pregunto.
-¿Que sucedió dentro del redil?
El arriero le miro fijamente y con cierta pena en su rostro le contesto:
- Solamente os relatare las terribles obligaciones que impusieron desde ese día a todos los habitantes de la aldea los sanguinarios y poderosos seres que habitan desde esa trágica noche dentro de la cueva.
-Todas las 365 noches que tiene un año, tienen los aldeanos la obligación de dejar en la puerta de la cueva, 3 ovejas, 6 capones, 12 gansos, 24 arrobas de vino, 48 litros de aceite y 96 quintales de trigo.
Todos los 365 amaneceres que tiene el año, tienen que retirar de la entrada de la cueva todos los desperdicios y las osamentas ensangrentadas de los animales que son devorados por esos extraños seres durante toda la larga noche.
Y si no dispone la aldea de animales o de género para entregar, deberán sacrificar la primera vez, al más joven varón y dejar su cadáver a la entrada de la cueva al anochecer y retirar los huesos humanos por la mañana.
La segunda vez, si carecen de alimentos, sacrificaran a la virgen más bella y hermosa de la aldea y también dejaran su cadáver a la entrada de la cueva.
Cuando fallen en el suministro de comida la tercera vez, dos habitantes de la aldea, un varón y una hembra elegidos por sorteo, serán sacrificados y entregaran sus cuerpos a los monstruos para calmar el poder que hay en el interior.
Y al día siguiente, sus restos serán sepultados por los aldeanos delante de la gruta.
La única prerrogativa que tiene para los aldeanos el sacrificio de dos varones adultos, es que al día siguiente de ese trágico suceso finaliza la maldición y será sólo a partir de entonces cuando los hombres y mujeres que queden vivos puedan vivir en paz el resto de sus vidas. 
Pero como ese hecho aún no ha sucedido porque nadie quiere morir, el pueblo continúa proveyendo los víveres aunque estén muriéndose todos poco a poco por la falta de alimentos para suministrar y por el hambre.    
Dicho esto, el arriero enmudeció en todo el resto del camino hasta que penetró el carro por las estrechas calles de la aldea. Cuando se detuvo el vehículo en el mismo centro de la plaza y Matania se apeó, agradeció al arriero el caritativo servicio y se quedo en la plaza observándolo hasta que el vehículo desapareció de su vista al doblar por la primera calleja del pueblo. Mientras el sonido de las ruedas resonaba más lejanas y apagadas por las empedradas calles de la aldea, Matania miró atentamente los edificios que circundaban la bella plaza medieval.
Una hermosa fuente de granito labrado, vertía el agua incansable por cuatro chorros que brotaban desde la boca de cuatro dragones primorosamente tallados. La hermosa pileta en donde se vertían los chorros estaba construida de forma octogonal con preciosos grabados en sus ocho caras y en cada una se representaban escenas de caballeros y de monjes en una laboriosa y extraña labor.
En la primera cara, un personaje de la Iglesia con la tiara papal y con báculo, entregaba en la mano a un caballero con yelmo y coraza un pergamino del cual colgaba el sello del pontífice vaticano.
En la segunda cara, estaba grabada una comitiva de Caballeros y de bestias de carga transportando un pesado objeto que tenía la forma de un arca y que se hallaba colocado encima de una cargada carreta de bueyes.
En la tercera cara de la fuente, había un grupo de monjes trabajaban en la construcción de una casa redonda muy parecida a un templo, situada en un claro redondo de un espeso y exuberante bosque de montaña.
En la cuarta cara, un extraño cofre que tenía dos Ángeles con las alas extendidas labrados encima de la tapa, se hallaba rodeado de Caballeros y de monjes arrodillados delante en actitud de ferviente oración.
En la quinta cara, se representaba a los mismos caballeros arrojando cadáveres por la ventana de un edificio de piedra ovalado que recogían de un enorme montón de monjes, siervos y de animales muertos.
En la sexta cara se ven a los mismos Caballeros, tapando con la tierra la edificación de piedra con forma de campana que habían construido los monjes anteriormente.
En la séptima cara se contempla el mismo claro del bosque lleno de exuberante vegetación, sin ninguna señal de que en este lugar haya existido edificación alguna y solamente una montaña que tiene su cima con la forma de una cara humana se halla grabada al final de la espesura de un tupido bosque.
La octava cara representaba un acto de fe, en el cual se quemaba vivo en la plaza pública de una ciudad, a un anciano Caballero con una cruz roja grabada en su peto metálico, que apuntaba con el dedo de la mano y con su brazo extendido hacía un balcón de la plaza. En el balcón hacía donde el reo apuntaba, había un rey coronado que miraba complacido el suplicio del reo.
Debajo, había una inscripción que decía:
Desanda los ocho caminos de muerte y hallaras lo que tanto anhelas.
Luis que se quedaba casi sin aire cuando concluía el relato por la tensión y la presencia del Maestre fue ayudado de inmediato con golpes de espalda por José Enrique Mier para mitigarle la tensión.
La premura del viaje de retorno de Guatire, por una llamada urgente desde París, fue la que cerro de inmediato la asamblea templaría.

 EPISODIO X
A Enrique Mier le entusiasma de manera especial la búsqueda y solución de la complicada trama de la extraña historia de Matania y le gustaba rebuscar en los escasos libros que hablaban sobre la historia del Temple algún signo o señal que le ayudase a concebir un atisbo de solución práctica para aclarar el enigma que se planteaba en cada sesión del extraño cuento.
Razones no le faltaban para entusiasmarse dado el mucho tiempo que  tenía a su disposición desde que se había jubilado. Todos los días muy de mañana Enrique Mier después de tomar su cotidiano café y leer la prensa diaria en la cercana cafetería Oslo (que es de un compañero inactivo de la Mesa Redonda que se llama José) se afanaba sin tardanza ni respiro alguno en el local donde se reunían para analizar los complicado galimatías de la misteriosa historia. Todo el material que tenían se hallaba esparcido y pegado por las paredes en el nuevo local de la Mesa Redonda.
Estaba en esa grata tarea cuando por la puerta del local penetró su compañero y amigo Diego que al ver a Enrique tan entusiasmado contemplando los gráficos que había por las paredes le preguntó con cierta cachaza no carente de ironía:
-¿Avanzas o retrocedes?
Enrique que se vio sorprendido y de alguna forma era la víctima de su propio ego personal le respondió algo airado por las extrañas circunstancias que eran bastante excepcionales para todos los amigos que estaban allí presentes:
-¡Yo por lo menos trato de hallar la difícil solución al enigma que nos plantea Matania!... Mientras que vosotros os contentáis con esperar el final de la historia, yo por lo menos trato de atar algún cabo suelto para acelerar la solución del complicado galimatías y creo con firmeza amigo Diego que estoy lo bastante cerca para conseguir lo que todos estamos buscando.
Diego que se mofaba por sistema hasta de su misma sombra le respondió:
-El Temple jamás dejó nada al azar querido amigo, y pienso que la solución del galimatías es más simple de lo que parece. 
-¿No te das cuenta que la historia de Matania ha servido para unir a todos los miembros de la Mesa Redonda?...
-El deseo y el punto final que más desea el Temple querido amigo Enrique es encontrar a los caballeros que sepan transmitir a los demás seres humanos de la Tierra la sabiduría de la Orden.
-Creo que tienes razón Diego…
-Pero debes entender mi ansiedad por saber cuanto antes la verdad de este relato, que es tan medido y tan pausado que a mí me lleva hasta el agotamiento psicológico y la desesperación. No duermo con tranquilidad desde que empezó Setroc a leer la historia y la ansiedad motiva mí presencia diaria en la sede.
-¿Qué has averiguado?...
Le pregunto serio Diego.
-He consultado un buen mapa militar de la zona de Lebeña con Sergio Mier el jefe de la milicia y creemos haber encontrado en el último relato de Matania un indicio positivo que nos puede acercar de alguna manera hacía el lugar en donde se esconde la cripta de piedra.
-¡No jodas!...  
Dijo Diego sorprendido.
-¡Sin joder!...
-Observa este mapa y fíjate en la fotografía de esta montaña.
-¿No dice el relato que en la última cara del pilar de la fuente octogonal se ve el pico de una montaña que tiene forma humana?
-¡Sí la última narración decía eso que apuntas!...
Dijo Diego mientras observaba asombrado la foto que Enrique le mostraba.
Diego al contemplar en la foto una montaña que tenía la cima con la forma y la cara de un ser humano, que se destacaba claramente fotografiada en colores vivos, no salía de su asombro y mirando a Enrique con más detenimiento sintió que había infravalorado a su compañero y para compensarle de alguna forma la falta de confianza que había tenido dijo humildemente:
-Creo Enrique que te debo una disculpa…
-¡perdóname por haber dudado de ti!...
-La cosa querido amigo tiene la importancia que tu le quieras dar. Además todos nosotros debemos de ser la misma cosa, porque todo el Temple está embarcado en la misma aventura y por este motivo, que es esencial, debemos estar más unidos que nunca… Finalizo con contundencia Enrique abrazando a su amigo.
Algo más tarde, hacía las doce de la mañana, todos los miembros del Temple de Torrelavega se sentaban alrededor de la Mesa Redonda.
Setroc miraba con una lupa muy detenidamente la fotografía que Enrique se había procurado a través de un amigo lebaniego.
Satisfecho por la calidad y la oportunidad de saber algo más sobre el lugar aproximado de la ubicación de la cripta sagrada, Setroc se la pasó a los demás para que se familiarizasen con la montaña y con el paisaje.
Y como todos habían avanzado mucho más de lo que él esperaba, se sintió eufórico y satisfecho por los logros que Enrique Mier y Sergio habían alcanzado hasta ahora.
Luis con el ingenio y el atrevimiento natural que siempre tenía, dijo sin pestañear mientras miraba a todos los tertulianos con detenimiento:
-Creo firmemente en la férrea voluntad del Señor y afirmo intuitivamente que al analizar detenidamente todos los números que el enigma de Matania nos plantea hallaremos las coordenadas geográficas de su exacto emplazamiento.
José Enrique después de vaciar con verdadero deleite su tradicional copa de vino blanco, se atrevió a exponer ante todos sus puntos de vista:
-Yo creo queridos caballeros del Temple que hoy estamos avanzando por la senda correcta. Pero no debemos olvidar jamás que la Cripta y el Arca son inviolables aunque sepamos con certeza en donde se halla ubicada. Acordaros que el Maestre Guatire lo dijo sin tapujos, para poder manipular el Arca hay que estar preparados concienzudamente y tener una visión exacta de la problemática que tiene y para que se pueda trabajar con seguridad en la cripta pienso que hay que seguir con el relato de Matania hasta el final y después con el sabio consejo del Maestre de la Orden, finalizaremos si Cristo lo quiere la difícil misión que nos han encomendado.
Ante una exposición tan sensata y razonable todos los presentes asintieron.
Mientras tanto El hombre de la rosa le propuso a Sergio Mier que  como siempre a continuara con la lectura del siguiente episodio del pordiosero Matania
-Matania después de haber analizado los hermosos grabados de la hermosa fuente recogió sus escasas pertenencias y se dirigió sin titubeos hacía una fonda que se anunciaba rimbombantemente en un letrero de madera colgado en la plaza. Cuando sus pasos traspasaron el umbral de la taberna la umbría le cegó la visión de lo que había dentro y después al ver el local completamente vacío se extrañó más por ser la hora punta de un mediodía en la que todas las tabernas del mundo suelen hallarse repletas de gente de la vecindad.
Resignado por la solitaria acogida, pero a la vez muy decidido, nuestro hombre penetro en el vació local y apoyándose en el viejo mostrador de roble que estaba bastante destartalado soltó la palabra con su fuerte y poderosa voz, diciendo:
-¡Ha de la casa!...
- ¿Es que nadie se acerca a paliar el hambre y la sed de los viajeros en esta aldea?
-¡Voto a bríos!...
-Que ninguna culpa tenemos los peregrinos de los males que ahora tenéis.
-¡Es que no hay ningún cristiano en esta fonda!...
-¡Calmaros de vuestro enfado buen hombre!...
Dijo el dueño de la posada saliendo de la cocina, añadiendo:
-Perdone el señor que la fonda que poseo se halla prácticamente en la ruina y ningún cristiano desde hace mucho tiempo traspasa el umbral de la puerta de mi posada. Si queréis tomar algo de vino aún lo dispongo pero si por el contrario lo que deseáis es comer algo podéis marchar por el mismo camino por donde vos habéis venido, porque aquí en este desdichado pueblo no tenemos comida ni para nosotros mismos.
Matania no salía de su asombro ante la pobreza y miseria del pueblo y del tabernero. Entonces se acordó de que era el arriero el que le había previno de la terrible y caótica miseria en que se hallaba la aldea y echando mano del zurrón, (que se hallaba repleto de hermosos y apetitosos peces) vertió encima del vetusto mostrador y desparramo por doquier todos los brillantes y plateados peces y dejó asombrado y boquiabierto al hambriento tabernero.
-Toma la mitad de los peces para pagar la posada y con el resto prepárame un festín para mí y para toda la gente de tu pueblo...  Dijo Matania y continuó:
Quiero que convoques a los aldeanos que estén aún vivos en la taberna por la noche a las diez en punto y ahora buen hombre indícame en qué lugar se halla mi estancia porque mi deseo ahora es descargar mi cuerpo del agotamiento de fatigosos caminos.
El tabernero al ver tanta abundancia de comida se puso a gritar llamando a su señora la mesonera que se moría de pena y tristeza en la vacía cocina viendo sus apagados y solitarios fogones y sus paupérrimas alacenas.
La gorda mesonera cuando al contemplar tantos peces esparcidos por el mostrador se desmayo estrepitosamente en el mismo dintel de su cocina.
Mientras el obeso marido trataba de reanimarla Matania se encamino fatigado escaleras arriba y penetrando en la primera estancia que encontró se dejo caer exhausto en el lecho quedándose al instante dormido por la fatiga.
Sergio respiro aliviado por la concentración que había puesto en la lectura del episodio de Matania y tomo con ansiedad un buen sorbo de su copa.
Otro de los episodios del cuento de Matania había finalizado y Enrique Mier y los demás tomaban buena nota de todos los eventos que en este episodio habían sucedido.

(Episodio del V al X)  ...............//...........
El hombre de la Rosa


1 comentario:

  1. Les agradecería me hicieran llegar sus opiniones y fallos gramaticales que puedan encontrar.
    Este es mi correo. pulocortes@gmail.com

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