miércoles, 12 de octubre de 2011

"Los maquis" (Guerrilleros Republicanos Antifascistas) encuentran 'cobijo' en la Torre de Estrada de Val de San Vicente.

Este conjunto medieval ofrece una muestra permanente sobre estos guerrilleros que se echaron al monte a luchar contra el gobierno Fascista.
Alberto Pelaez, en su visita el Museo

El interés histórico de este Museo se ve fortalecido por el singular enclave en el que se ofrece, en uno de los mas bellos conjuntos medievales de la región, que forma el conjunto de la Torre de Estrada que data del siglo XII y que se encuentra rodeada de una pequeña muralla, cuyo patio cuenta también con una pequeña ermita del siglo XIII. 
Todo ello declarado Bien de Interés Cultural y rehabilitado hace apenas cinco años. 
Este conjunto perteneció a la familia de los Duques de Estrada, cuyos orígenes se remontan al siglo VIII.
LA TORRE  ESTRADA (S.XII)
"Yo soy la casa de Estrada fundada en este peñasco más antigua que Velasco y al rey no le debo nada"
La exposición, situada en las dos plantas de la Torre de Estrada, muestra, a través de grandes paneles y fotografías, un recorrido por el contexto histórico en el que surgió este movimiento guerrillero contra el franquismo en Cantabria y Asturias, desde el año 1937, fecha en que las tropas entran en Santander, y el año 1957, en el que la Guardia Civil abate a los últimos guerrilleros de Cantabria, Juan Fernández Abascal y Francisco Bedoya.
La primera de esas etapas, que corresponde al periodo de la contienda nacional, es la de la génesis del movimiento guerrillero. Posteriormente, entre 1940 y 1944, es el periodo de su organización y represión. 
En la siguiente etapa, que abarca hasta el año 1948, se vive el periodo de la esperanza por la liberación de Francia, pero también el de la traición. 
Los cuatro años siguientes, hasta 1952, es la etapa que se considera el principio del fin de este movimiento. Y la última, que comprende hasta el año 1957, se centra en los conocidos guerrilleros Juanín y Bedoya.
Precisamente a muy pocos metros de la casa de uno de los últimos y más populares guerrilleros, Francisco Bedoya. 

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